miércoles, 12 de agosto de 2015

El caso Ferrerias

7 de marzo de 1996. José Manuel Castro, un ganadero de 38 años, observó una luz en el cielo muy brillante y decidió ir a casa de su hermano para avisarle. El testigo afirma que el hermano no le hizo caso, es entonces cuando el protagonista de nuestra historia decide volver al lugar del avistamiento. Al cabo de un rato decide hacer señales con su linterna de petaca mientras gritaba excitado que bajasen.

El objeto empezó a acercarse al testigo hasta situarse a unos 50 metros de su posición. El pánico se apodero de José Manuel que decidió protegerse en su casa y observar el fenómeno desde la ventana. Vio, siempre según sus palabras, sobre su finca un objeto ovoide, luminoso y a la vez transparente en cuyo interior había cinco seres muy altos y de aspecto humano, los cuales estaban tumbados en una «especie de lavadoras». El objeto no identificado emitía un suave zumbido y su interior giraba muy despacio.

De repente, surgió del objeto una luz formada por potentes destellos de colores, a modo de rampa, de la que descendieron tres pequeños seres que comenzaron a moverse por el terreno, al unísono, dando saltos. Con las primeras luces del día José Manuel inspeccionó su finca y comprobó que el terreno estaba plagado de unas huellas enormes. Éstas se hundían en la tierra a  unos 15 centímetros y tenían dos palmos de largo. En su parte superior destacaban una especie de dedos que se agarraban al terreno en forma de espiral, y en la inferior lo que asemejaba a la marca de un punzón. En algunos, las zancadas eran de casi metro y medio.

La vecina Sara Jul, cuya casa está muy cerca de la casa del testigo, asegura que no vio nada. Solo se percató del hecho de que la noche estaba más clara de lo habitual. A la hora del fenómeno, su televisor dejó de funcionar y decidió acostarse. Al oír los gritos de José Manuel se asomó por la ventana para ver si pasaba una “noche mala” o una noche demasiado “alegre”. Lo cual no refleja nada a favor del testigo, más bien todo lo contrario. Doña Sara vio a José Manuel haciendo señales con la linterna y gritando “¡Baixade, baixade!” (¡bajar, bajar!”. Al ver que no pasaba nada serio, se fue a dormir.

Según los testigos, estos son los hechos que ocurrieron en Ferrerias.

A parte de esto, existen otros testimonios afirmando que, durante la misma noche en la base militar situada en el monte Campelo (Sobrado, Lugo), saltaron todas las alarmas por el avistamiento de cuatro enormes bolas luminosas presenciadas por los soldados de la base, las cuales se movían erráticamente alrededor de una antena de comunicaciones de gran envergadura. Según dichos testimonios, las esferas de luz permanecieron un cuarto de hora sobre la antena, hasta que se unieron en un sólo objeto, que voló hacia la localidad coruñesa de As Pontes de García Rodríguez.

18 AÑOS DESPUES: TESTIMONIOS E INFORMES.


El 4 de octubre de 2014, una de los testigos de los hechos de aquel lejano 7 de marzo de 1996. la mujer del hermano del testigo, declaro que, aquella noche desde su balcón, no vio nada extraño en el cielo, salvo una estrella un poco más grande que el resto y a José Manuel haciendo señales con su linterna. Lo que recuerda también a un testimonio de la propietaria de una cantina situada a pocos metros de la casa de José Manuel, María Fe Pena, que pudo observar lo que ella describió como “dos lunas, una cerca de la otra”.

Es necesario aclarar que la casa del testigo está a unos 600 metros aproximadamente de la casa de su hermano Cesario. A parte de esto, y según datos recalados in situ, la testigo asegura que en la noche señalada sí que despertó a su marido para que fuera a ver qué le pasaba a su hermano, contradiciendo la declaración inicial de su marido de no haber ido. Y que cuando Cesario volvió a casa, comentó a su mujer que no pasaba nada serio y decidieron irse a dormir.

Después de 18 años es difícil averiguar los verdaderos hechos ocurridos aquella noche. Cabe la pregunta de si los testigos se acuerdan de los hechos acontecidos acaecidos hace tantos años.

En varias publicaciones sobre Ferrerias se menciona un informe redactado en el Cuartel de la Guardia Civil de Friol el 24 de marzo de 1996, y destinado a la 612ª Comandancia de Lugo donde se detallan varios avistamientos OVNI en la comarca gallega, y especialmente el avistamiento de Ferrerias del 7 de marzo de 1996. En cualquier desplazamiento de la Guardia Civil es obligatorio elaborar un informe. Los oficiales que acudieron al lugar de los hechos solo inspeccionaron el terreno con supuestas huellas y constataron el testimonio de José Manuel Castro. La conclusión es que el informe de Guardia Civil no puede ser concluyente en una investigación de este tipo porque solo hace constar los hechos según los testigos. Ni los investiga, ni los confirma.
 
¿QUÉ PASO EN LA BASE MILITAR DEL MONTE CAMPELO?

Indagando sólo un poco sobre el tema, te puedes topar con el testimonio de un ex militar cuyo nombre no se puede revelar, que trabajaba como mando en el ESTADO MAYOR DE LA DEFENSA ESPAÑOL durante aquellos tiempos. El mando operativo tiene varias sedes y una de las principales está en Madrid. Desde allí, se controlan las alas 75 y 112 que a su vez llevan el control de los cazas F18, los cuales son parte de los interceptores. Este señor no recuerda que se realizase un scramble de esa magnitud en marzo de 1996 al noroeste de la península ya que, para la estructura del mando operativo, con más de dos cazas, máxime con cinco, habría sido considerado una alerta de invasión en nuestro país.

LOS HUMANOIDES Y SUS HUELLAS.

 
José Manuel Castro describe la impresionante salida de la nave de tres seres que se movían con pequeños saltos. El terreno de la finca del testigo estaba repleto de pisadas de dichos seres. Actualmente las huellas de escayola que realizaron los investigadores están perdidas, lo que impide el acceso a ellas para poder llegar a una posible conclusión razonable. Por suerte lo que si se conserva son las fotos de las mismas.

Es evidente que su huella es más grande que la de una vaca y su semejanza es indudable. Por supuesto, esta observación parece válida solo en el caso de que la foto pertenezca a la auténtica huella de Ferrerias.

Aunque también cabe la posibilidad de que las huellas fueran de las vacas del hermano del testigo, las cuales pastaban en su finca todos los días. Al ser muchas las pisadas de estos animales allí, algunas pudieron juntarse entre sí y crear una huella más grande y extraña. Todo es posible. Varias fuentes afirman que la tierra de la finca estaba llena de socavones, hecho que poco ayuda en una investigación de aterrizaje de un objeto volante no identificado con descenso de seres.

ULTIMAS REFLEXIONES

 
Existen testimonios inciertos y contradictorios, artículos supuestamente equívocos (o no), las huellas desconocidas y desaparecidas de los seres o animales, los informes de Guardia Civil que no concluyen la investigación… En el caso de Ferrerias existe solo un testigo que presenció el fenómeno donde el OVNI era tan grande como una casa y, sin embargo, nadie más lo vio aunque la supuesta luz emitida por el mismo, hacía que pareciera de día.

Algunos vecinos de la comarca que vieron esferas de luces en el cielo, opinan que se trataba de luces procedentes de focos de una discoteca de Lugo. Una opinión bastante razonable sobre todo si contamos con que en el territorio comprendido entre Friol/Ferrerias/Guntín abundan los campos y los bosques. En una noche oscura, las luces con su movimiento en semicírculo o errático, proyectadas por los focos de una discoteca se asemejan mucho a los objetos voladores no identificados.

Al final, solo nos queda reflexionar y quedarse cada uno con su opinión. Y mientras tanto, yo seguiré haciéndome la pregunta: ¿Qué pasó realmente en Ferrerias?