martes, 19 de junio de 2018

En el cementerio nacional de Arlington (EE.UU) se encuentra la tumba de Richard Leroy Mckinley, hasta donde se sabe una de las tumbas más peligrosa que existe, a tal punto, que sus guardias tienen la orden de disparar a matar a quienes por alguna razón, decidan llegar al lugar con una pala sean quienes sean.

Suponiendo por un momento que podemos llegar ahí con unas cuantas palas y con mucho tiempo para husmear, notaríamos que debajo de la tierra hay un sarcófago de metal de 3 mts y 30 cm de grosor, si pudiéramos abrirlo nos toparíamos con otro sarcófago más pequeño de igual grosor al igual que las famosas muñecas rusas. Dentro del más pequeño; un ataúd forrado en plomo y con capas tras capas de algodón y plásticos.

Después de haber pasado todas las láminas que lo protegen, encontrarían a Richard quien a pesar de haber muerto en 1961 se encontraría muy bien conservado ya que está envuelto en un Nylon especial y sellado al vacío.

El tema es que tal vez mueras antes de ver a nuestro amigo, puesto que murió por haber estado expuesto a una cantidad grotesca de Radiación en un aparatoso accidente conocido como Incidente SL-1

Reactor estacionario de baja potencia número uno(SL-1) 

El SL-1, Stationary Low-Power Reactor Number One (Reactor estacionario de baja potencia número uno), fue un reactor de energía nuclear militar experimental de los Estados Unidos. Resultó destruido en el primer accidente de una planta nuclear en los Estados Unidos. Parte del Programa de Energía Nuclear de la Armada, durante las fases de diseño y construcción se le denominó Argonne Low Power Reactor (ALPR). Estaba destinado a proporcionar energía eléctrica y calefacción para pequeñas instalaciones militares remotas, tales como emplazamientos de radar cerca del Círculo polar ártico, y las de la línea distante de rápido aviso, conocida como DEW Line. La energía proyectada era de 3 megavatios térmicos. La potencia de funcionamiento era de 200 kW eléctricos, 400 kW térmicos, para calefacción. Para realizar pruebas se instaló a 60 km aproximadamente al oeste de Idaho Falls, Idaho, en la Planta Nacional de Pruebas de Reactores,



El Incidente


El 21 de diciembre de 1960, se apagó el reactor para proceder a su mantenimiento, calibración de los instrumentos, instalación de instrumentos auxiliares e instalación de 44 cables de flujo para controlar los niveles de flujo de neutrones en el núcleo del reactor. Los cables estaban hechos de aluminio con incorporación de aleación de aluminio-cobalto.

A las 9:01 p.m. del 3 de enero de 1961, tras un cierre de 11 días por vacaciones, y durante las acciones de mantenimiento, el SL-1 entró en criticidad inmediata. Como resultado, la gran cantidad de calor generada en tan solo 4 milisegundos, provocó la súbita evaporación de parte del agua del núcleo del reactor. El vapor de agua generado provocó una onda de presión que golpeó la parte superior del casco del reactor. Esto empujó la barra de control y todo el casco del reactor hacia arriba, matando al operario que se encontraba encima del casco, dejándolo estampado en el techo. Otros dos empleados militares, un supervisor y uno en formación, también resultaron muertos. Las víctimas fueron los especialistas del ejército John Byrnes, Richard McKinley y el jefe electricista de la marina Mate Richard Legg.

Los sensores de calor sobre el reactor dispararon una alarma en la instalación de seguridad del emplazamiento central de pruebas. El primer equipo de respuesta, de bomberos, llegó nueve minutos después e inicialmente no advirtieron nada inusual, con sólo una pequeña columna de vapor que salía del edificio, normal para el frío de la noche con una temperatura de -5 °C. El edificio de control parecía normal. Al acercarse al edificio del reactor sus detectores de radiación saltaron rápidamente, hasta el límite de margen máximo, por lo que se retiraron, ya que no sabían si podían actuar con seguridad o cuánto tiempo podían permanecer.


El primer Accidente Nuclear de Estados Unidos

A las 9:17 p.m. llegó un físico de seguridad, y juntamente con un bombero, provistos ambos de botellas de aire y máscaras con presión positiva para forzar la expulsión de cualquier contaminante potencial, se acercaron a las escaleras del reactor del edificio del reactor. Sus detectores presentaban una lectura de 25 roentgen por hora cuando empezaron a subir las escaleras por lo que se retiraron.

Algunos minutos después un equipo de respuesta de físicos llegó con Redectores Jordan, medidores de radiación capaces de medir radiaciones gamma hasta 500 roentgens por hora, y ropa de protección para todo el cuerpo. Los bomberos subieron las escaleras y desde la cima pudieron ver los daños en la sala del reactor. Con los medidores mostrando lecturas al máximo de la escala se retiraron, en lugar de proseguir un mayor acercamiento al reactor.

Alrededor de las 10:30 p.m. llegó el supervisor del contratista encargado del funcionamiento del emplazamiento acompañado de otros físicos. Ambos entraron en el edificio del reactor y encontraron dos cuerpos mutilados: uno claramente muerto y el otro que se movía ligeramente. Con un límite de un minuto por persona y acceso, un equipo de cinco personas con arneses recuperó el operador que todavía respiraba: no consiguió recuperar la conciencia y falleció de su herida en la cabeza hacia las 11 p.m. Su cuerpo estaba tan contaminado que emitía cerca de 500 roentgen por hora. El equipo buscó pero no encontró el tercer hombre. Con todos los supervivientes recuperados, la seguridad de los rescatadores tomó prioridad, y los trabajos fueron ralentizados para protegerles.

En la noche del 4 de enero un equipo de seis voluntarios utilizó un plan que suponía formar grupos de dos para recuperar el segundo cuerpo. El oro-198 radioactivo de su reloj de oro y el cobre-64 de un tornillo de un encendedor demostraron posteriormente que el reactor ya había alcanzado su punto crítico.

Richard Leroy Mckinley
El tercer hombre no fue descubierto durante varios días debido al estado destrozado de la sala. El 9 de enero un equipo de ocho hombres en relevos de a dos, con un permiso de 65 segundos de exposición, utilizaron una red y una grúa para recuperar el cuerpo desde su posición clavado en el techo del reactor.

Los cuerpos de los tres operadores fueron enterrados en sarcófagos de plomo sellados con cemento y situados en bóvedas metálicas con una cobertura de cemento.

Sea como sea, no está detallado a cuantos Roetgens emite el cuerpo de Richard pero si se sabe que llegaria a ser como " el hermanito menor " del "pié de elefante" (el objeto más peligroso que existe)