El 22 de agosto de 1914, inició la primer gran batalla de las Fuerzas Expedicionarias Británicas en la Primera Guerra Mundial; la cual llegó a ser conocida como la batalla de Mons. Para sorpresa de ambos bandos, las fuerzas alemanas que tenían una ventaja tecnológica y numérica muy superior a la de los británicos; fueron vencidas de una manera aplastante, y Alemania se vio forzada a retroceder al día siguiente.
Pese a la censura en los medios ingleses, la batalla se consideró un momento clave en la guerra y fue la primera indicación de que vencer a Alemania como se pensaba. Para el resto del mundo, la habilidad británica para repeler la marcha de los alemanes fue impresionante, y el reclutamiento militar para luchar en la guerra se incrementó bastante en las semanas posteriores. Pero, ¿Habia sido solo la habilidad británica la causante de tan "milagrosa" victoria?
Los ángeles de Mons
El ejército británico al mando del general John French, había desembarcado en Francia para luchar en la región de las Ardenas contra el ejército del imperio alemán, bastante más numeroso. El 23 de agosto French tuvo que retirarse tras una violenta batalla con la intención de agruparse y atacar de manera contundente a los alemanes, pero esa noche sus superiores le ordenan replegarse hacia el sur, dejando al descubierto el flanco de su ejército y expuesto a un ataque seguro que causaría multitud de bajas.
Los soldados acatan la orden con resignación sabiendo el peligro que supone esa orden y avanzan en medio del bosque perseguidos de cera por un batallón alemán, cuando una espesa niebla les rodea de repente impidiéndoles ver la salida de aquel bosque. El desanimo comienza a apoderarse de los soldados sabiendo que si no logran salir de allí en unas horas se verán rodeados por el enemigo.
De repente y según los testimonios de varios soldados, aparece un haz de luz brillante de la que surge una alta figura con dos alas largas y blancas, que hace un gesto para que los asombrados testigos le sigan. Temerosos, se levantan y comienzan a seguir a la imponente figura por una zona que unos minutos antes había sido explorada y donde no habían encontrado ningún camino, es más, el amplio camino que ahora se hallaba antes ellos no figuraba en ninguno de sus mapas.
Pero los alemanes lograron alcanzarles antes de que abandonaran el bosque y cuando los británicos se daban por muertos, los soldados relataron que de la nada, al igual que la misteriosa figura que los había guiado, surgió un extraño ejército cuyos pies no pisaban la tierra, que se interpuso entre ambos bandos haciendo que los caballos germanos salieran huyendo y que el ejercito alemán se retirara ante la fantasmal presencia.
Angincourt, un bosque encantado.
A pesar de prometer mantener silencio sobre los hechos, la curiosidad de la población de querer saber como habían regresado de una muerte segura por parte del enemigo, hizo que poco a poco los hechos comenzaran a ser conocidos por la población y el rumor se extendió rápidamente. Unos decían que quien les había salvado eran los espíritus de los arqueros de otra famosa batalla que se celebró en ese bosque de Angincourt en 1415, pero para la mayoría no había duda, aquellos seres eran Ángeles, de ahí que a esta leyenda se le conozca como “Los Ángeles de Mons”
Arthur Machen y "The Bowmen"
En septiembre de ese mismo año, un escritor británico llamado Arthur Machen, publicó en diario londinense “Evenig News” el relato que había llegado a sus oídos, desatando la leyenda. En la publicación escribió que era el mismo San Jorge comandando a los arqueros de Angicourt.
Un mes después, Machen recibió peticiones de parte de editores de revistas parroquiales para re-imprimir la historia, y en la introducción del libro "Los Arqueros y Otras Leyendas de la Guerra", Machen contaba que un sacerdote anónimo, el editor de una de estas revistas; subsecuentemente le pidió que por favor re-imprimiera la historia a manera de panfleto.
Los relatos de los soldados
La única evidencia real de visiones, fue dada por parte de los soldados, dijeron que lo que observaron fueron jinetes fantasmales, no ángeles o arqueros; y que esto ocurrió durante la retirada y no en la batalla misma. Estas visiones en ningún momento intervinieron para atacar o detener a los alemanes, y fueron explicadas como alucinaciones debido a la falta de sueño de parte de los soldados.Un oficial relató como los Ángeles les salvaron de una muerte segura al evitar que los alemanes les atacaran, y otro incluso afirmaba como dos jinetes fantasmagóricos les escoltaban hasta llegar sanos y salvos a territorio amigo.
Por supuesto nunca se sabrá si esta leyenda tiene algo de verdad o era solo para levantar la moral de la gente. Tal vez esas visiones fueran causadas por el cansancio, tal vez inventadas pero esos Ángeles llegaron a ser tan reales para la gente como la guerra misma.
Pese a la censura en los medios ingleses, la batalla se consideró un momento clave en la guerra y fue la primera indicación de que vencer a Alemania como se pensaba. Para el resto del mundo, la habilidad británica para repeler la marcha de los alemanes fue impresionante, y el reclutamiento militar para luchar en la guerra se incrementó bastante en las semanas posteriores. Pero, ¿Habia sido solo la habilidad británica la causante de tan "milagrosa" victoria?
Los ángeles de Mons
El ejército británico al mando del general John French, había desembarcado en Francia para luchar en la región de las Ardenas contra el ejército del imperio alemán, bastante más numeroso. El 23 de agosto French tuvo que retirarse tras una violenta batalla con la intención de agruparse y atacar de manera contundente a los alemanes, pero esa noche sus superiores le ordenan replegarse hacia el sur, dejando al descubierto el flanco de su ejército y expuesto a un ataque seguro que causaría multitud de bajas.
Los soldados acatan la orden con resignación sabiendo el peligro que supone esa orden y avanzan en medio del bosque perseguidos de cera por un batallón alemán, cuando una espesa niebla les rodea de repente impidiéndoles ver la salida de aquel bosque. El desanimo comienza a apoderarse de los soldados sabiendo que si no logran salir de allí en unas horas se verán rodeados por el enemigo.
De repente y según los testimonios de varios soldados, aparece un haz de luz brillante de la que surge una alta figura con dos alas largas y blancas, que hace un gesto para que los asombrados testigos le sigan. Temerosos, se levantan y comienzan a seguir a la imponente figura por una zona que unos minutos antes había sido explorada y donde no habían encontrado ningún camino, es más, el amplio camino que ahora se hallaba antes ellos no figuraba en ninguno de sus mapas.
Pero los alemanes lograron alcanzarles antes de que abandonaran el bosque y cuando los británicos se daban por muertos, los soldados relataron que de la nada, al igual que la misteriosa figura que los había guiado, surgió un extraño ejército cuyos pies no pisaban la tierra, que se interpuso entre ambos bandos haciendo que los caballos germanos salieran huyendo y que el ejercito alemán se retirara ante la fantasmal presencia.
Angincourt, un bosque encantado.
A pesar de prometer mantener silencio sobre los hechos, la curiosidad de la población de querer saber como habían regresado de una muerte segura por parte del enemigo, hizo que poco a poco los hechos comenzaran a ser conocidos por la población y el rumor se extendió rápidamente. Unos decían que quien les había salvado eran los espíritus de los arqueros de otra famosa batalla que se celebró en ese bosque de Angincourt en 1415, pero para la mayoría no había duda, aquellos seres eran Ángeles, de ahí que a esta leyenda se le conozca como “Los Ángeles de Mons”
Arthur Machen y "The Bowmen"
En septiembre de ese mismo año, un escritor británico llamado Arthur Machen, publicó en diario londinense “Evenig News” el relato que había llegado a sus oídos, desatando la leyenda. En la publicación escribió que era el mismo San Jorge comandando a los arqueros de Angicourt.
Un mes después, Machen recibió peticiones de parte de editores de revistas parroquiales para re-imprimir la historia, y en la introducción del libro "Los Arqueros y Otras Leyendas de la Guerra", Machen contaba que un sacerdote anónimo, el editor de una de estas revistas; subsecuentemente le pidió que por favor re-imprimiera la historia a manera de panfleto.
Los relatos de los soldados
La única evidencia real de visiones, fue dada por parte de los soldados, dijeron que lo que observaron fueron jinetes fantasmales, no ángeles o arqueros; y que esto ocurrió durante la retirada y no en la batalla misma. Estas visiones en ningún momento intervinieron para atacar o detener a los alemanes, y fueron explicadas como alucinaciones debido a la falta de sueño de parte de los soldados.Un oficial relató como los Ángeles les salvaron de una muerte segura al evitar que los alemanes les atacaran, y otro incluso afirmaba como dos jinetes fantasmagóricos les escoltaban hasta llegar sanos y salvos a territorio amigo.
Por supuesto nunca se sabrá si esta leyenda tiene algo de verdad o era solo para levantar la moral de la gente. Tal vez esas visiones fueran causadas por el cansancio, tal vez inventadas pero esos Ángeles llegaron a ser tan reales para la gente como la guerra misma.
Los ángeles de Mons