En el caso de John Wayne Gacy, también fueron varios los niños a quienes les arrancó la vida. Todos ellos chicos jóvenes que no llegaban a los 30 años. Muchachos normales a los que seducía, engañaba o secuestraba y a los que después emborrachaba. Una vez inconscientes, los maniataba y los introducía en una bolsa de plástico en la bañera. Cuando ya casi estaban a punto de morir, los revivía para torturarlos, violarlos y, finalmente, asesinarlos.
Actos brutales con los cuales, cercenó sádicamente la vida de 33 hombres entre los años 1972 y 1978. ¿Llegó a arrepentirse alguna vez? En absoluto. Se dice que antes de que le aplicaran la inyección letal en 1994, sus últimas palabras fueron: “Bésame el culo” y “Nunca sabréis dónde están los otros cuerpos”.
John Wayne Gacy
John Wayne Gacy, Jr. nació el 17 de marzo de 1942 en Chicago en los Estados Unidos de América. En el seno de una familia con orígenes polacos y daneses, se crió más bien en la pobreza. Él tenía dos hermanas más, a las cuales estaba muy unido, ya que su padre siempre los maltrataba tanto psíquica como físicamente, hasta el punto de azotar en repetidas ocasiones y con un cinturón, al pequeño Gacy. Su madre también era víctima de estos abusos físicos. El padre era alcohólico.
Bastante gordito durante su infancia y adolescencia, él intentaba ganarse la confianza de su padre para que se llevaran bien y dejara de maltratarlo, pero lejos de conseguirlo recibía una y otra vez las agresiones físicas de su padre, e insultos tales como "gordo", "marica", "estúpido" o "niño de mamá".
Por si fueran pocos los problemas por los cuales tenía que pasar el pequeño Gacy a diario en su casa, un día y cuando él solo tenía 9 años de edad, un amigo de la familia entró de noche en la casa, y abusó sexualmente de él.
A los 16 años y tras sufrir un "inocente" golpe en la frente con un columpio años atrás, comenzó a sufrir una serie de problemas de salud graves, incluyendo desvanecimientos y pérdidas de consciencia. Su padre a todo esto, se negaba a ayudarle en estos episodios de desmayos, alegando que todo era un fingimiento por su parte para llamar su atención.
Finalmente el problema que tenía Gacy era un gran coágulo de sangre en el cerebro, que se le había formado tras el golpe con el columpio,y se le había manifestado 5 años después. Con unos medicamentos que le recetaron, los problemas desaparecieron.
Gacy era un mal estudiante, y finalmente a los 20 años de edad y tras que su padre se lo dijera, abandonó definitivamente la casa familiar y puso rumbo a su vida, a la "ciudad del pecado" Las Vegas. Allí encontró su primer trabajo, en una funeraria. Tiempo después y tras realizar varios cursillos, Gacy volvió a Chicago a trabajar en una empresa de zapatos. Posteriormente se puso a trabajar como vendedor, y conoció a la que sería su primera mujer Marlynn Myers.
A todo esto hay que decir, que en el mundo de los negocios, a Gacy le iba bien a pesar de no haber sido buen estudiante nunca. En el año 1968 Gacy tuvo su primera "relación" con la policía, por algo tan serio como ser acusado de abusos sexuales a menores. Ya coincidiendo con su trabajo como payaso, comenzó a abusar sexualmente de numerosos niños, sin que llegara a haber penetración.
Fue condenado por un tribunal a 10 años de cárcel, y su primera mujer decidió separarse de él. Tan solo cumplió un año y medio de cárcel, y por buen comportamiento obtuvo la libertad condicional.
Muy pronto conoció a la que sería su segunda mujer, con la cual consiguieron llevar el negocio adelante, y consiguieron ser muy respetados y queridos en la comunidad. Su éxito llegó hasta tal punto, que la propia Primera Dama de Estados Unidos que por aquel entonces era Rosalynn Carter, se fotografió con él y le dedicó un escrito en el cual le deseaba suerte en su vida personal y profesional.
Él continuó con su trabajo como payaso, alternando esto con el mundo de la política, ya que se afilió al Partido Demócrata, donde se convirtió en un miembro activo.
Todo parecía que comenzaba a cambiar en la vida de Gacy, y que aquellos problemas judiciales que había tenido por los abusos cometidos sobre niños pequeños, ya pertenecían al pasado...Desgraciadamente el monstruo estaba a punto de salir de su interior...
Terrible.
¿Qué hace que una persona sea capaz de atravesar el límite del equilibrio? ¿Dónde se nutre esa inclinación a la violencia y la brutalidad? Muchos intentan buscar justificaciones a nivel educativo, en infancias traumáticas o incluso en posibles alteraciones cerebrales. De ahí que en ocasiones se nos diga que las personas estamos empeñadas siempre en buscar justificaciones lógicas para los actos terribles. Tal vez porque somos incapaces de creer que la verdadera maldad puede existir en su forma más pura y devastadora.
Fue en 1977 cuando un joven llamado Jeffrey Ringall alertó a la policía de que un hombre había intentado matarle. Pero la policía no le hizo demasiado caso. Tal vez porque pensaron que era un homosexual más que, sencillamente, había discutido con su pareja. Pero, poco a poco, el hecho de que fueran tantos los jóvenes desaparecidos empezó a inquietar a los policías. Madres preocupadas que denunciaban la desaparición de sus chicos, por lo general todos bastante parecidos: jóvenes y bastante atractivos.
No fue difícil dar con John Wayne Gacy. Muchos de ellos tenían una cita con este hombre justo el día en que desaparecieron. Su casa olía de un modo tan nauseabundo que al instante se pusieron en alerta. Y ahí estaba. En su sótano tenía 3 cuerpos sin vida. También había alguno enterrado en su jardín. Eran chicos de entre 14 y 21 años.
Cuando fue llevado a declarar no tuvo objeción alguna en decir la verdad. La verdad de lo que era y lo que sentía. Según él mismo, la primera vez que mató a un chico fue en 1972. Al clavarle el cuchillo y ver cómo la sangre brotaba de su cuerpo, sintió un profundo e irresistible placer. Acababa de encender un interruptor en su alma que ya no podía detener.
Dio a la policía la ubicación de 28 cuerpos más. La mayoría los había arrojado al río Illinois. De los 33 cuerpos que se encontraron, 7 no se pudieron identificar. Todos tenían una edad entre 7 y 29 años. ¿Y qué explicación dio John sobre semejante desastre? Alegó que él no era consciente en ningún momento de lo que hacía. Disfrutaba, desde luego, y mucho. Pero quien cometía los actos era en realidad el “Gato Hanley”, ese ser que le ordenaba que una vez había asesinado a los muchachos, debía esconderlos en el sótano o debajo de su cama.
John Wayne Gacy fue sentenciado el 13 de marzo de 1980, a 21 Cadenas Perpetuas y 12 Penas de muerte. Puede que en este momento te preguntes si se llegó a valorar en algún instante si este hombre padecía algún tipo de trastorno mental. La verdad es que los expertos concluyeron que no, que John era perfectamente consciente y responsable de lo que hizo en todo momento.
Es más, tras aplicarle la inyección letal, varios psiquiatras forenses analizaron su cerebro, concluyendo que, efectivamente, no presentaba ningún tipo de anormalidad. Durante todos esos años en que John estuvo aguardando el día de su ejecución, se dedicó a pintar al óleo. Numerosos lienzos que puedes ver por Internet donde descubrirás a su eterno alter ego: el payaso Pogo.
Actos brutales con los cuales, cercenó sádicamente la vida de 33 hombres entre los años 1972 y 1978. ¿Llegó a arrepentirse alguna vez? En absoluto. Se dice que antes de que le aplicaran la inyección letal en 1994, sus últimas palabras fueron: “Bésame el culo” y “Nunca sabréis dónde están los otros cuerpos”.
John Wayne Gacy
John Wayne Gacy, Jr. |
Bastante gordito durante su infancia y adolescencia, él intentaba ganarse la confianza de su padre para que se llevaran bien y dejara de maltratarlo, pero lejos de conseguirlo recibía una y otra vez las agresiones físicas de su padre, e insultos tales como "gordo", "marica", "estúpido" o "niño de mamá".
John Wayne Gacy y sus hermanas |
A los 16 años y tras sufrir un "inocente" golpe en la frente con un columpio años atrás, comenzó a sufrir una serie de problemas de salud graves, incluyendo desvanecimientos y pérdidas de consciencia. Su padre a todo esto, se negaba a ayudarle en estos episodios de desmayos, alegando que todo era un fingimiento por su parte para llamar su atención.
Finalmente el problema que tenía Gacy era un gran coágulo de sangre en el cerebro, que se le había formado tras el golpe con el columpio,y se le había manifestado 5 años después. Con unos medicamentos que le recetaron, los problemas desaparecieron.
Gacy era un mal estudiante, y finalmente a los 20 años de edad y tras que su padre se lo dijera, abandonó definitivamente la casa familiar y puso rumbo a su vida, a la "ciudad del pecado" Las Vegas. Allí encontró su primer trabajo, en una funeraria. Tiempo después y tras realizar varios cursillos, Gacy volvió a Chicago a trabajar en una empresa de zapatos. Posteriormente se puso a trabajar como vendedor, y conoció a la que sería su primera mujer Marlynn Myers.
Marlynn Myers |
Fue condenado por un tribunal a 10 años de cárcel, y su primera mujer decidió separarse de él. Tan solo cumplió un año y medio de cárcel, y por buen comportamiento obtuvo la libertad condicional.
Jhon con Rosalynn Carter |
Él continuó con su trabajo como payaso, alternando esto con el mundo de la política, ya que se afilió al Partido Demócrata, donde se convirtió en un miembro activo.
Todo parecía que comenzaba a cambiar en la vida de Gacy, y que aquellos problemas judiciales que había tenido por los abusos cometidos sobre niños pequeños, ya pertenecían al pasado...Desgraciadamente el monstruo estaba a punto de salir de su interior...
Terrible.
Pogo el payaso |
Fue en 1977 cuando un joven llamado Jeffrey Ringall alertó a la policía de que un hombre había intentado matarle. Pero la policía no le hizo demasiado caso. Tal vez porque pensaron que era un homosexual más que, sencillamente, había discutido con su pareja. Pero, poco a poco, el hecho de que fueran tantos los jóvenes desaparecidos empezó a inquietar a los policías. Madres preocupadas que denunciaban la desaparición de sus chicos, por lo general todos bastante parecidos: jóvenes y bastante atractivos.
No fue difícil dar con John Wayne Gacy. Muchos de ellos tenían una cita con este hombre justo el día en que desaparecieron. Su casa olía de un modo tan nauseabundo que al instante se pusieron en alerta. Y ahí estaba. En su sótano tenía 3 cuerpos sin vida. También había alguno enterrado en su jardín. Eran chicos de entre 14 y 21 años.
Cuando fue llevado a declarar no tuvo objeción alguna en decir la verdad. La verdad de lo que era y lo que sentía. Según él mismo, la primera vez que mató a un chico fue en 1972. Al clavarle el cuchillo y ver cómo la sangre brotaba de su cuerpo, sintió un profundo e irresistible placer. Acababa de encender un interruptor en su alma que ya no podía detener.
Dio a la policía la ubicación de 28 cuerpos más. La mayoría los había arrojado al río Illinois. De los 33 cuerpos que se encontraron, 7 no se pudieron identificar. Todos tenían una edad entre 7 y 29 años. ¿Y qué explicación dio John sobre semejante desastre? Alegó que él no era consciente en ningún momento de lo que hacía. Disfrutaba, desde luego, y mucho. Pero quien cometía los actos era en realidad el “Gato Hanley”, ese ser que le ordenaba que una vez había asesinado a los muchachos, debía esconderlos en el sótano o debajo de su cama.
Victmas de John Wayne Gacy |
Es más, tras aplicarle la inyección letal, varios psiquiatras forenses analizaron su cerebro, concluyendo que, efectivamente, no presentaba ningún tipo de anormalidad. Durante todos esos años en que John estuvo aguardando el día de su ejecución, se dedicó a pintar al óleo. Numerosos lienzos que puedes ver por Internet donde descubrirás a su eterno alter ego: el payaso Pogo.
Uno de los cuadros de John Wayne Gacy |
John Wayne Gacy, el payaso asesino