Los Cart-ruts son una serie de surcos o caminos, de profundidad y ancho variable que recorren casi todos los rincones de la orografía del archipiélago maltés sin mucho orden ni concierto. Pese al nombre tan gráfico con el que se los conoce, la teoría de que estos surcos fueron creados por el paso continuado de carros o algún otro medio de transporte, como trineos, no es más que una hipótesis, pues las lagunas existentes en dicha hipótesis dejan muchas dudas al respecto.
Los canales tienen forma de V o de U y su profundidad media va de los 8 a los 15 cm, aunque en muchos puntos superan los 60 cm de profundidad y en otros, apenas son una suave marca superficial. Los surcos suelen recorrer el terreno en pares paralelos y la distancia entre ellos varía de 110 a 140 cm. Su distribución, en muchos puntos parece ser totalmente aleatoria cruzándose entre ellos o formando curvas de 90º y su distancia también es variable, recorriendo algunos varios centenares de metros y otros, apenas unos palmos. Cabe decir que la roca en aquel lugar de de origen calcáreo coralino, lo que la hace relativamente blanda y más expuesta al desgaste de cualquier acción exterior.
Algunos de estos caminos están claramente relacionados con las antiguas canteras de las islas. El caso más claro está cerca de la ciudad de Rabat, en la isla de Gozo. Este lugar, “Misrah Ghar, il-Kbir” o “Clapham Junction”, como lo apodó el investigador David Trump, por su parecido al mar de vías de la estación de Clapham Londinense, es el sitio con mayor concentración de surcos y en sus inmediaciones se encuentran varias canteras. Aquí se ve claramente que estos caminos fueron usados para sacar de las canteras los bloques de piedra, aunque no queda claro hacia donde fueron dirigidos posteriormente esos bloques. Pero no todos los surcos están relacionados con las canteras ni con los templos y construcciones megalíticas de las islas, que es otra de las teorías planteadas, y transcurren por lugares que no llevan a ningún sitio en concreto acabando en algunas ocasiones en abruptos acantilados e, incluso en otras, adentrándose en el mar mediterráneo hasta grandes profundidades.
La primera referencia que se encuentra sobre este tema data del año 1647 donde Gian Francesco Abela sugirió que se utilizaron para transportar las piedras de las canteras al mar para la exportación a África durante el régimen árabe en Malta. Aunque no aporta ningún dato más que haga esta mención fiable. Más tarde Zammit Temi propuso que los caminos se crearon para el transporte de materiales en la construcción de los templos, cosa que no se ha demostrado falta de fundamento. También los arqueólogos Parker y Rubinstein propusieron que los surcos se crearon para el transporte de piedras, aunque para la construcción de terrazas artificiales.
Si su utilización es confusa, más lo es su datación. Los turistas que acuden al lugar pueden ver carteles que datan los Cart-ruts en la edad de Bronce, aunque también esto es una mera suposición pues ante la falta de restos orgánicos, no se puede hacer una datación exacta de esas rocas. La mayoría de investigaciones las datan entre el año 2000 y 3000 AC. Entre la época púnica y fenicia. Por esta isla han pasado infinitud de pueblos, fenicios, griegos, romanos y árabes, entre otros muchos anteriores. Incluso los últimos hallazgos dan que pensar que la civilización atlante pasó por aquí en una época pretérita. Algunas de las construcciones megalíticas del archipiélago están datadas de hace unos 5000 años, de modo que si estos surcos se originaron por su construcción, se tiran por los suelos las hipótesis que los encuadran en la época púnica. Si tenemos en cuenta que estos caminos en algunas ocasiones se adentran en las profundidades del mar, se debería dar por sentado que aparecieron cuando el nivel del mar estaba mucho más bajo, con lo cual casi que doblamos su antigüedad y nos vamos a la época de la última glaciación, hace unos 10000 años, a estos 10000 años hay que sumar el tiempo suficiente para que la erosión forme el surco, con lo cual, podemos imaginar un total de 12000 años.
Teniendo en cuenta que la rueda apareció en el neolítico, sobre el quinto milenio AC, los surcos más antiguos se deberían de haber creado con métodos de transporte más rudimentarios como trineos, y se hace bastante complicado imaginar que estos trineos fuesen de fácil manejo encastados en estos canales tan irregulares. También es posible que en este lugar y en esa época se conociese la rueda con mucha anticipación que el resto de la humanidad.
Dicho esto, paso a otros temas en los que surgen también unas cuantas incógnitas. La primera de ellas es la ausencia de un tercer surco central, que debería de haberse formado por el paso continuado de los medios de arrastre, suponiendo que estos pesados carros hubiesen sido tirados por grandes animales de carga como bueyes o caballos, y que lógicamente, estos hubiesen pasado tantas veces como los carros, debería de haberse formado un surco ancho y desigual, no tan profundo, pero perfectamente visible. Para pasar por alto este hecho, algunos investigadores han dicho que no existe ese surco central porque la vegetación existente amortiguaba su paso, algo que, sinceramente, insulta a mi inteligencia. Otros, para salvar este detalle han puesto sobre la mesa la hipótesis de que los surcos fueron escavados artificialmente hasta cierta profundidad, a modo de raíles para que los carros no se deslizaran hacia los costados de los caminos embarrados. Esta teoría tiene cierta lógica, pero ante ella también aparecen cierto número de problemas o incógnitas como:
Por último, queda la teoría de que estos canales se crearan como modo de sistema de riego o de achique de las aguas tras las lluvias. Esta hipótesis, pese a ser la que menos fuerza tiene entre la comunidad de arqueólogos es la que personalmente me parece más lógica de todas, aunque no he conseguido encontrar ningún lugar que explique convincentemente el porqué. La cuestión es que si los Cart-ruts son originalmente muchísimo más antiguos de lo que se cree, es bastante lógico pensar que los antiguos moradores de este archipiélago ideasen un sistema de pequeños canales para aprovechar los escasos recursos fluviales que la rocosa isla aporta. Hay que tener en cuenta los pocos recursos hídricos de este lugar y la orografía complicada, harían bastante difícil el cultivo de forma natural en la mayor parte de las islas. De este modo, con el laberíntico entramado de canales, se conseguiría llevar el agua hasta nuevas zonas de cultivo e incluso almacenarla para épocas de escasez en algunas depresiones del terreno. Esto también explicaría el porqué algunos de estos canales acaban en acantilados o directamente en el mar, pues por estos se achicaría el agua sobrante en épocas de lluvias excesivas, imposible de canalizar hacia los sitios deseados. Hoy en día, los desniveles de estos surcos hacen descartar esta idea, pero nadie sabe a ciencia cierta cómo eran esos desniveles ni la orografía hace 12000 años.
A partir de esto, es posible que las distintas civilizaciones que han pasado posteriormente por el archipiélago hayan aprovechado en cierto modo estos canales adaptándolos a sus necesidades. Algunos surcos parten de antiguos poblados de la edad del bronce, otros parten, o llegan, hasta algunos templos megalíticos, otros están directamente enlazados con las canteras fenicias y romanas y otros muchos, simplemente, están en montañas desnudas sin ningún fin en concreto. La teoría de los canales de riego sería un punto de unión entre todos estos casos a lo largo de los siglos.
Pero no queda aquí todo el misterio de los Cart-ruts, y para el final os he dejado el plato fuerte, o quizás, el más interesante de todos. Recientemente, y gracias a la tecnología, se han descubierto desde las vistas satelitales unas marcas en la península maltesa de Qawra que conforman una serie de tres perfectos círculos concéntricos, partidos por un eje recto desde el centro de los círculos hacia el exterior. El círculo exterior tiene unos cien metros de diámetro y el eje está perfectamente orientado en dirección norte sur. Seguro que a la mayoría, al leer este párrafo os ha venido a la mente la famosa imagen de la Atlántida narrada por platón, y no habéis sido los únicos pues en los foros atlantes, este lugar ha entrado a formar parte de los muchos que se disputan ser el lugar exacto de tan famosa ciudad.
Las marcas que conforman los círculos apenas son visibles a distancia corta, simplemente son una franja con una coloración, o pigmentación más clara que el resto. No está perforada ni marcada de modo manual o mecánico y, por el momento, no se conoce el sistema que se usó para decolorar dicha franja. En el centro de los mencionados círculos se encuentra una pequeña poza que sí que parece haber tenido un origen artificial, pues en sus laterales se ven marcas de alguna herramienta y pequeños canalillos.
Los detractores de esta teoría afirman que esta especie de diana se creó en la segunda guerra mundial para realizar prácticas de tiro aéreo, pero esto no hay quien lo defienda, puesto que nadie en la isla había oído hablar nunca de esta diana ni de estas prácticas y no existe ninguna documentación al respecto que lo reafirme ni restos de proyectiles o cráteres formados por estos, aparte de que ya existía en esa época una población cercana a este lugar con elevado número de habitantes y para estas prácticas de tiro, se elegían pequeños islotes despoblados y alejados.
Platón situaba la Atlántida más allá de las columnas de Hércules, con lo cual este lugar quedaría descartado, aunque quizás Platón estaba equivocado o, de no estarlo, también es posible que hasta aquí llegasen los supervivientes del continente hundido. Según el “Timeo” y el “Critias”, los atlantes se extendieron por todo el mediterráneo, desde el golfo de Cádiz hasta Egipto, Grecia y el Asia Menor. Es posible que las marcas de Qawra se crearan como representación u homenaje de la mítica ciudad que describe Platón y quizás en el centro, sobre la pequeña poza, hubiese alguna vez una estatua o un pequeño santuario en honor a Poseidón, al igual que en el templo que presidía la capital atlante.
Este pueblo fue conocido por su habilidad para dominar el agua y, de ser cierta esta teoría de los atlantes, todavía toma más fuerza la hipótesis de que los canales tuviesen una directa relación con el agua. También las fechas podrían cuadrar, pues se supone que la Atlántida existió hace unos siete u ocho mil años, con el margen de error que puede existir en dichas fechas. De este modo, algunos de los Cart-ruts que existen en otros países del mediterráneo quizás tengan un origen similar.
En todo caso, estos misteriosos surcos seguirán siendo una incógnita para el mundo de la arqueología puesto que ninguna de las teorías existentes se puede respaldar de un modo certero. En la actualidad, la erosión y la acción del hombre han destruido muchísimos de estos caminos y son pocos los que quedan enteros. Pero gracias al turismo algunas zonas se están conservando y todavía se pueden visitar.
Los canales tienen forma de V o de U y su profundidad media va de los 8 a los 15 cm, aunque en muchos puntos superan los 60 cm de profundidad y en otros, apenas son una suave marca superficial. Los surcos suelen recorrer el terreno en pares paralelos y la distancia entre ellos varía de 110 a 140 cm. Su distribución, en muchos puntos parece ser totalmente aleatoria cruzándose entre ellos o formando curvas de 90º y su distancia también es variable, recorriendo algunos varios centenares de metros y otros, apenas unos palmos. Cabe decir que la roca en aquel lugar de de origen calcáreo coralino, lo que la hace relativamente blanda y más expuesta al desgaste de cualquier acción exterior.
Algunos de estos caminos están claramente relacionados con las antiguas canteras de las islas. El caso más claro está cerca de la ciudad de Rabat, en la isla de Gozo. Este lugar, “Misrah Ghar, il-Kbir” o “Clapham Junction”, como lo apodó el investigador David Trump, por su parecido al mar de vías de la estación de Clapham Londinense, es el sitio con mayor concentración de surcos y en sus inmediaciones se encuentran varias canteras. Aquí se ve claramente que estos caminos fueron usados para sacar de las canteras los bloques de piedra, aunque no queda claro hacia donde fueron dirigidos posteriormente esos bloques. Pero no todos los surcos están relacionados con las canteras ni con los templos y construcciones megalíticas de las islas, que es otra de las teorías planteadas, y transcurren por lugares que no llevan a ningún sitio en concreto acabando en algunas ocasiones en abruptos acantilados e, incluso en otras, adentrándose en el mar mediterráneo hasta grandes profundidades.
La primera referencia que se encuentra sobre este tema data del año 1647 donde Gian Francesco Abela sugirió que se utilizaron para transportar las piedras de las canteras al mar para la exportación a África durante el régimen árabe en Malta. Aunque no aporta ningún dato más que haga esta mención fiable. Más tarde Zammit Temi propuso que los caminos se crearon para el transporte de materiales en la construcción de los templos, cosa que no se ha demostrado falta de fundamento. También los arqueólogos Parker y Rubinstein propusieron que los surcos se crearon para el transporte de piedras, aunque para la construcción de terrazas artificiales.
Cart-ruts bajo el mediterraneo |
Así deberían de quedar tras el paso de animales de carga. |
Dicho esto, paso a otros temas en los que surgen también unas cuantas incógnitas. La primera de ellas es la ausencia de un tercer surco central, que debería de haberse formado por el paso continuado de los medios de arrastre, suponiendo que estos pesados carros hubiesen sido tirados por grandes animales de carga como bueyes o caballos, y que lógicamente, estos hubiesen pasado tantas veces como los carros, debería de haberse formado un surco ancho y desigual, no tan profundo, pero perfectamente visible. Para pasar por alto este hecho, algunos investigadores han dicho que no existe ese surco central porque la vegetación existente amortiguaba su paso, algo que, sinceramente, insulta a mi inteligencia. Otros, para salvar este detalle han puesto sobre la mesa la hipótesis de que los surcos fueron escavados artificialmente hasta cierta profundidad, a modo de raíles para que los carros no se deslizaran hacia los costados de los caminos embarrados. Esta teoría tiene cierta lógica, pero ante ella también aparecen cierto número de problemas o incógnitas como:
- El paralelismo de los surcos no es perfecto ni mucho menos, acercándose y alejándose el centro de estos en algunos casos, en más de 30 cm. A no ser que los carros tuviesen un sistema en el que las ruedas pudiesen correr por sus ejes y ajustarse a los surcos, no cabe la posibilidad de que pudiesen transitar por estos lugares. Y de haberse excavado artificialmente, estos fallos en las medidas habrían sido toda una chapuza.
- En algunos lugares, varios pares de surcos transcurren el uno junto al otro, llegándose a solapar en varios casos. ¿Para qué se iban a excavar varios caminos a escasos centímetros de distancia unos de otros? Ciertamente, no tiene mucho sentido.
- En los lugares más profundos, el fondo de los surcos alcanza 50 o 60 centímetros, contando que en el centro de ambos el terreno no está aplanado y que existen desniveles como piedras o montículos, las ruedas para salvar dichos obstáculos deberían de tener un radio de por lo menos un metro, lo que nos daría unas enormes ruedas de dos metros de diámetro. Los surcos encuentran en algunos lugares giros de 90º, en estos lugares, esas gigantescas ruedas no hubiesen podido girar de ninguna de las maneras.
Por último, queda la teoría de que estos canales se crearan como modo de sistema de riego o de achique de las aguas tras las lluvias. Esta hipótesis, pese a ser la que menos fuerza tiene entre la comunidad de arqueólogos es la que personalmente me parece más lógica de todas, aunque no he conseguido encontrar ningún lugar que explique convincentemente el porqué. La cuestión es que si los Cart-ruts son originalmente muchísimo más antiguos de lo que se cree, es bastante lógico pensar que los antiguos moradores de este archipiélago ideasen un sistema de pequeños canales para aprovechar los escasos recursos fluviales que la rocosa isla aporta. Hay que tener en cuenta los pocos recursos hídricos de este lugar y la orografía complicada, harían bastante difícil el cultivo de forma natural en la mayor parte de las islas. De este modo, con el laberíntico entramado de canales, se conseguiría llevar el agua hasta nuevas zonas de cultivo e incluso almacenarla para épocas de escasez en algunas depresiones del terreno. Esto también explicaría el porqué algunos de estos canales acaban en acantilados o directamente en el mar, pues por estos se achicaría el agua sobrante en épocas de lluvias excesivas, imposible de canalizar hacia los sitios deseados. Hoy en día, los desniveles de estos surcos hacen descartar esta idea, pero nadie sabe a ciencia cierta cómo eran esos desniveles ni la orografía hace 12000 años.
Queda la incógnita de porqué se crearon por duplicado. |
Pero no queda aquí todo el misterio de los Cart-ruts, y para el final os he dejado el plato fuerte, o quizás, el más interesante de todos. Recientemente, y gracias a la tecnología, se han descubierto desde las vistas satelitales unas marcas en la península maltesa de Qawra que conforman una serie de tres perfectos círculos concéntricos, partidos por un eje recto desde el centro de los círculos hacia el exterior. El círculo exterior tiene unos cien metros de diámetro y el eje está perfectamente orientado en dirección norte sur. Seguro que a la mayoría, al leer este párrafo os ha venido a la mente la famosa imagen de la Atlántida narrada por platón, y no habéis sido los únicos pues en los foros atlantes, este lugar ha entrado a formar parte de los muchos que se disputan ser el lugar exacto de tan famosa ciudad.
Las marcas que conforman los círculos apenas son visibles a distancia corta, simplemente son una franja con una coloración, o pigmentación más clara que el resto. No está perforada ni marcada de modo manual o mecánico y, por el momento, no se conoce el sistema que se usó para decolorar dicha franja. En el centro de los mencionados círculos se encuentra una pequeña poza que sí que parece haber tenido un origen artificial, pues en sus laterales se ven marcas de alguna herramienta y pequeños canalillos.
Los detractores de esta teoría afirman que esta especie de diana se creó en la segunda guerra mundial para realizar prácticas de tiro aéreo, pero esto no hay quien lo defienda, puesto que nadie en la isla había oído hablar nunca de esta diana ni de estas prácticas y no existe ninguna documentación al respecto que lo reafirme ni restos de proyectiles o cráteres formados por estos, aparte de que ya existía en esa época una población cercana a este lugar con elevado número de habitantes y para estas prácticas de tiro, se elegían pequeños islotes despoblados y alejados.
Platón situaba la Atlántida más allá de las columnas de Hércules, con lo cual este lugar quedaría descartado, aunque quizás Platón estaba equivocado o, de no estarlo, también es posible que hasta aquí llegasen los supervivientes del continente hundido. Según el “Timeo” y el “Critias”, los atlantes se extendieron por todo el mediterráneo, desde el golfo de Cádiz hasta Egipto, Grecia y el Asia Menor. Es posible que las marcas de Qawra se crearan como representación u homenaje de la mítica ciudad que describe Platón y quizás en el centro, sobre la pequeña poza, hubiese alguna vez una estatua o un pequeño santuario en honor a Poseidón, al igual que en el templo que presidía la capital atlante.
Este pueblo fue conocido por su habilidad para dominar el agua y, de ser cierta esta teoría de los atlantes, todavía toma más fuerza la hipótesis de que los canales tuviesen una directa relación con el agua. También las fechas podrían cuadrar, pues se supone que la Atlántida existió hace unos siete u ocho mil años, con el margen de error que puede existir en dichas fechas. De este modo, algunos de los Cart-ruts que existen en otros países del mediterráneo quizás tengan un origen similar.
En todo caso, estos misteriosos surcos seguirán siendo una incógnita para el mundo de la arqueología puesto que ninguna de las teorías existentes se puede respaldar de un modo certero. En la actualidad, la erosión y la acción del hombre han destruido muchísimos de estos caminos y son pocos los que quedan enteros. Pero gracias al turismo algunas zonas se están conservando y todavía se pueden visitar.
Los enigmáticos Cart-ruts