El Castillo de Colditz |
Vista area de Colditz |
Su seguridad era tal que a menudo se decía que había más guardias que prisioneros dentro de sus muros siendo la única prisión de alta seguridad de este tipo de toda Alemania. Controlado por la Wehrmacht, una guarnición vigilaba el patio con sus dos únicas salidas mientras todo el recinto estaba rodeado de alambradas y vigilado constantemente por 200 centinelas. Además el castillo estaba construido sobre un terreno idóneo para esta función ya que se asentaba en un saliente de rocas sobre el río Mulde, en la localidad de Colditz, a más de 400 kilómetros de una frontera que no estuviera bajo el dominio nazi.
Un lugar del que fugarse
A pesar de todo ello, el Castillo de Colditz es conocido por los numerosos intentos de fuga que se produjeron durante esos años. Si bien la mayoría no tuvieron éxito y los prisioneros fueron capturados de nuevo tras conseguir fugarse, se estima que entre 30 y 36 personas alcanzaron su objetivo de escapar y ponerse a salvo en las poco más de 20 fugas exitosas que hubo. Solo se produjo una muerte, la del teniente británico Michael Sinclair en septiembre de 1944 cuando fue tiroteado al intentar saltar la valla, fue enterrado con honores militares en el mismo cementerio del castillo.
Plano de Colditz |
La primera fuga
La primera fuga con éxito del Castillo de Colditz se produjo en abril de 1941, cuando el teniente francés Le Ray consiguió escapar y huir a Suiza. Le Ray aprovechó la disputa de un partido de fútbol para esconderse en una cabaña en construcción y evitar a los guardias, allí se vistió de civil con unas ropas que había escondido, tras huir, caminó más de 400 kilómetros hasta la frontera Suiza y alcanzó la libertad. Antes que él ya lo habían intentado otros 8 presos en 4 intentos de fuga, el primero de ellos en marzo, cavando un túnel. Los 8 fueron capturados antes de poder escapar.
Los intentos de fuga se siguieron sucediendo de las formas más variopintas: disfrazándose de guardias, de electricistas, incluso de mujer; haciéndose pasar por enfermos para fugarse más fácilmente desde el hospital al que eran trasladados; escondiéndose en el saco de correos; construyendo túneles desde casi cualquier sitio como los baños o la capilla; e incluso alguno de ellos consiguió fugarse mientras era conducido a juicio escapando por el camino y subiéndose a un tren.
Cabeza de arcilla |
Fugas dignas de un guión de Hollywood
Algunos de estos intentos de fuga del campo Oflag IVc fueron tan originales y elaborados que merecen ser mencionados en más detalle. No solo son dignos de un guión de Hollywood, en algunos casos fueron la inspiración para algunas de las más conocidas películas sobre fugas.
En diciembre de 1940, el prisionero Peter Allan Murray intentó fugarse metido dentro de un colchón. Este oficial británico que hablaba un alemán fluido gracias a que había estudiado en Alemania antes de la guerra, se vistió con un uniforme de las juventudes hitlerianas y aprovechando su pequeña estatura y peso, se escondió dentro de uno de los colchones que se iban a llevar fuera del campo. Consiguió llegar hasta Viena donde pidió asilo al consulado americano (Estados Unidos no había entrado aún en el conflicto oficialmente) que se lo negó. Exhausto y sin dinero, finalmente fue capturado de nuevo y llevado de vuelta a Colditz donde fue castigado a pasar 3 meses en aislamiento.
Añadir leyenda |
Otro de los intentos de fuga memorables lo protagonizaron dos tenientes polacos en mayo de 1941 mediante una cuerda construida con sábanas. Tras hacer todo lo posible para ser confinados en aislamiento, forzaron las cerraduras y se situaron en el tejado de uno de los edificios de los guardas desde donde debían descender por su cuerda de sábanas 36 metros hasta el suelo ya fuera del campo. Fueron detectados por los guardias alemanes mientras descendían por la cuerda cuando éstos oyeron el sonido de las botas en la pared del edificio y capturados inmediatamente.
Túneles
Tunel Frances en Colditz |
Los británicos encontraron una vía de escape a través de las alcantarillas que había debajo del castillo en 1941. El acceso era desde de la cantina (el comedor) y tras varios viajes de reconocimiento, decidieron extender el túnel para hacer una salida hasta el exterior por donde pudieran pasar. Tras varios meses de preparación, el 29 de mayo intentaron la escapada, sobornando a uno de los guardias con 100 marcos alemanes. Pat Reid fue el encargado de organizarlo, se escondió por la noche en la cantina y abrió la puerta a sus compañeros que fueron pasando uno a uno al túnel para escapar. Sin embargo su aventura no tu éxito, el guardia sobornado les traicionó y los 12 hombres fueron capturados por los guardias alemanes que les estaban esperando.
Responsables del tunel frances |
Tras 4 metros excavados tuvieron que modificar el recorrido debido a que se toparon con roca que no podían picar, la solución fue desviar la excavación pasando por debajo de la capilla. La longitud total del túnel francés fue de 44 metros con una profundidad final de 8 metros y medio.
Plano del tunel frances |
A pesar de su trabajo y especial cuidado, los alemanes sospechaban que se estaba excavando un túnel y se dedicaron a buscarlo por todo el recinto hasta que dieron con él. Este intentó francés quedó frustrado cuando les quedaban apenas 2 metros de túnel para terminarse.
Un planeador
El planeador (Colditz glider) |
La idea del planeador de Colditz (Colditz glider) se le ocurrió a Tony Rolt, un teniente británico que después de la guerra participó en el primer Gran Premio de Fórmula 1 en 1950. A pesar de ser un hombre de acción, no tenía experiencia como piloto por lo que encargó la construcción del avión a dos oficiales de la RAF que también estaban cautivos, Jack Best y Bill Goldfinch. El planeador fue construido en el ático de la capilla, un lugar al que los alemanes no tenían visión desde sus puestos de guardia. En su construcción emplearon todos los materiales de que disponían: tablas de madera de las camas, tableros del suelo, cables eléctricos, toallas, ropas de cama... incluso construyeron una rampa de lanzamiento a partir de unas mesas y una bañera llena de cemento como contrapeso para alcanzar la suficiente aceleración. El planeador construido era realmente ligero, con 109 kilos de peso, su envergadura era de casi 10 metros y una longitud de 6 metros.
Replica del Planeador(Imperial War Museum de Londres) |
Actualmente
Todas estas peripecias vividas en el Castillo de Colditz no pasaron desapercibidos para los medios, y ya en 1955 se filmó una película titulada The Colditz Story. Pero quizá la recreación más famosa y recordada sea la serie de televisión rodada entre 1972 y 1974. Esta serie de televisión contaba con 28 episodios y fue emitida en España en los años ochenta.
La fuga de Colditz |
Incluso algunos juegos ambientados en la Segunda Guerra Mundial incluyen episodios ambientados en el Castillo de Colditz.
En el año 2000 se realizó una réplica para el documental " Escape From Colditz" donde se demostró que el planeador hubiera funcionado. Actualmente se puede visitar esta réplica en el Imperial War Museum de Londres. En los pocos años que el Castillo de Colditz funcionó como campo de prisioneros Oflag IVc se produjeron incontables intentos de fuga. Según las cifras oficiales, 32 oficiales consiguieron fugarse con éxito aunque otras fuentes apuntan a que pudieron ser más.
El Castillo de Colditz en al actualidad |
El Castillo de Colditz