lunes, 22 de febrero de 2016

Universo 25

En los años 60 había una amplia discusión sobre las teorías malthusianas, que predecían el fin de la civilización causado por el colapso de la capacidad de producción del planeta ante el incesante aumento del número de personas vivas. Un experimento del año 1972 describía con detalle lo que ocurre cuando en un mamífero, relativamente avanzado, hay superpoblación pero no hay escasez de recursos. El espectáculo es dantesco, y acaba en la muerte; pero no por inanición; resulta que en los animales sociales la superpoblación destruye la relación social y en última instancia mata, aunque no falte de nada.
 
John B. Calhoun
¿Cómo se diseña una utopía?

Diseñar una utopía, este fue el punto de partida para que, en 1972 el etólogo John B. Calhoun, llevara a cabo un experimento único. Había creado un “reino” para ratones con todo  aquello que pudieran necesitar para que la población creciera. Un paraíso perfecto que acabó convirtiéndose en una fortaleza infernal. ¿Esto podría tener analogía a la conducta humana?

No se trataba del primer proyecto de este tipo, Calhoun pasó años estudiando el comportamiento de los ratones mientras trabajó para el NIMH (National Institute of Mental Health), experimentando con los efectos de una superpoblación de roedores a través de mundos artificiales a los que denominaba Universos utópicos. Universo 25 fue probablemente el más famoso, tanto por infraestructura como por los aterradores resultados que dejaron una pregunta en el aire: ¿será este el futuro que nos espera?
 
Diseño del Pre-Universo
Estudios pre- Universo 25

Calhoun había acuñado el término “behavioral sink” para describir el colapso que se producía en el comportamiento como resultado de un nacinamiento masivo. Durante años llevó a cabo estos estudios de excesos de población con experimentos, primero con ratas y luego con ratones. Sus estudios, publicados en Scientific American en la década de los 60, acabaron siendo un modelo (animal) de colapso de una sociedad, y desde luego una piedra de toque sobre la sociología urbana.

La utopía de la rata o el paraíso ratón. Hasta que llegó el Universo 25


Universo 25
Cuando terminó la primera parte de sus experimentos en 1962, aquellos que realizó con ratas, Calhoun describiría el comportamiento en las publicaciones científicas de la siguiente manera:

Muchas de las ratas hembra fueron incapaces de llegar a culminar un embarazo, en otros casos cuando tenían una camada rápidamente las abandonaban. Un número aún mayor, después de dar a luz con éxito, no tenían ningún tipo de función materna. En los varones existían grandes alteraciones desde la conducta sexual hasta el canibalismo o la hiperactividad frenética. En los experimentos en los que se desarrolló esta parte de las pruebas la mortalidad infantil fue del 96% entre los grupos más desorientados en la población.

La publicación de su trabajo en 1962 se hizo de dominio público y caló en la cultura popular como una analogía de la conducta humana. Una primera fase de pruebas que comenzaría en 1954 hasta 1972 bajo el mismo patrón: apilar un gran número de roedores en una casa artificial provista de recursos ilimitados para que se reproduzcan. La utopía de la rata o el paraíso ratón. Hasta que llegó el Universo 25.

Universo 25, la fortaleza infernal


El proyecto comenzaba en 1972. Había construido un espacio que atendiera al bienestar de los roedores y aumentara su vida útil. De esta forma se creó la fortaleza que vemos en las imágenes, un hábitat cuadrado de alrededor de 2,5 metros cerrado por paredes de 1,3 metros de altura. Los primeros 0,9 metros de las paredes estaban estructuradas de manera que los ratones podían subir, aunque no se les permitía escapar gracias a los 0,4 metros restantes de altura de la pared.

No sólo eso, cada muro contaba con hasta 16 mallas verticales de túneles (o escaleras). Cuatro corredores horizontales daban a cada hueco de la escalera, que a su vez conducía a cuatro cajas-nido. Eso significaba que eran un total de 256 cajas, cada una capaz de albergar quince ratones. En cuanto a abastecimiento, los ratones contaban con abundante comida, agua y material de nidificación. El Universo 25 se limpiaba cada cuatro semanas, no había depredadores y la temperatura se mantenía a una constante de 20 grados. Por último y para rematar este paraíso jamás construido para ratones, los roedores que comenzaron el experimento fueron seleccionados entre una élite escogida por el NIMH(National Institute of Mental Health), es decir, ratones libres de enfermedades y en perfecto estado.

Por tanto tenemos un espacio que, si bien estaba limitado en cuanto al espacio, el resto eran las condiciones perfectas para vivir en el paraíso ratonil, había material en abundancia para perdurar en vida por el fin de los días… No fue así evidentemente y el ejercicio llevado a cabo mostró la cruda realidad de lo que podría ocurrir en un entorno de superpoblación donde existen Recursos ilimitados, en este caso con mamíferos. El experimento se iniciaba con cuatro parejas de ratones libres de enfermedades, cuatro machos y cuatro hembras.

¿Qué ocurrió?

Hacia el día 104, tras un periodo de familiarización con el entorno, empezaron a procrear. Hacia el día 315 había más de 600 ratones en el hábitat; en ausencia de escasez, la reproducción había sido exponencial. Pero curiosamente el crecimiento empezó a ralentizarse, y no por la falta de recursos. Lo que empezaba a faltar era el espacio: más de 300 machos competían ahora por conquistar y mantener territorios, sin los cuales no podían reproducirse.

Ante el exceso de competencia el territorio se convirtió en un recurso demasiado estresante, y los machos comenzaron a abandonarlos. El resultado fue un menor atractivo para las hembras, y que la tasa de reproducción se rebajara. Lo que en realidad estaba ocurriendo es que el tejido social de la sociedad ratonil estaba colapsando.

La agresividad aumentó y se hizo generalizada. Los machos más débiles empezaron a quedar acorralados en el centro del hábitat, lejos de los recursos; estos machos secundarios se sumían en la apatía, pero de repente podían montar en cólera y atacar en masa a otros ratones sin provocación. Los atacados se convertían a su vez en agresores.  Las hembras fértiles por su parte trataron de ocupar el rol abandonado de los machos para proteger los nidos. Esta agresividad de trasladó a las nuevas camadas de ratones: el periodo de lactancia se redujo y muchas crías fueron abandonadas o atacadas y devoradas por sus propias madres.
 
Los "guapos" de Calhoun.
En poco tiempo apareció un sorprendente grupo nuevo de machos. Tenían un aspecto impecable, sin heridas de peleas. Calhoun los bautizó inmediatamente como "los guapos". Estos ratones habían encontrado dónde podían seguir obteniendo comida sin pelear por ella, y no hacían nada más que alimentarse y cuidar su pelaje. Habían renunciado a cualquier interacción social, especialmente con las hembras y la reproducción.

Lógicamente su aparición aceleró la decadencia de la colonia, ya que el nacimiento de nuevos ratones se deterioró todavía más.
 
John B. Calhoun
El fin de la colonia.

Para el día 520 la población llegó a 2.200 ratones que vivían en un universo caótico y violento, casi sin reglas, empapado en agresión y sin sexo. A partir de ese momento la población comenzó a decrecer.

La mayoría de las hembras que nacen ya no se quedan embarazadas ni tienen comportamientos maternales y pocas crías de las nacidas llegan a la edad adulta. Con este escenario, el día 600 nació el último ratón que se convirtió en adulto. El día 920, la tasa de nacimiento es cero. En este momento, la edad media de la población es de 776 días, 200 días más que la edad que marca la menopausia en los ratones. 
Universo 33. Experimentos posteriores al 25

El cambio de comportamiento y el colapso de la sociedad ratonil no revirtieron cuando los números volvieron a ser mucho más reducidos: ejemplares como 'los guapos' o sus contrapartes femeninas, que estaban en mejores condiciones físicas para sobrevivir, no sabían cómo establecer relaciones sexuales. El colapso social era irreversible.

El día 1471 finaliza el experimento. Quedan vivos 27 ratones: 23 hembras y 4 machos. El más joven de todos, tenía 987 días edad, el equivalente a 90 años de vida humana. El experimento, cruel en sí mismo, había sido un éxito. Según explicaría Calhoun:

En cierto modo, las criaturas habían dejado de ser ratones mucho antes de su muerte, una “primera muerte” que arruinó el espíritu y a la propia sociedad de manera tan profunda como lo haría la “segunda muerte” del cuerpo físico.

Lo llamativo es que esto sucedía en un entorno de completa abundancia: la comida, el agua, los lugares de nidificación o el material para nidos no faltaron jamás. Universo 25 era un paraíso materialista: las muertes no se produjeron por hambre o sed y jamás hubo escasez. Sencillamente la estructura social y mental de los ratones colapsó por el exceso de individuos, aunque no hubiese competencia ninguna por los recursos físicos.

Un experimento aterrador que da que pensar. Los ratones lo tenían todo para sobrevivir, todo menos espacio. Y es ahí cuando surge el nuevo problema, un colapso social que afecta a las capas de cada mamífero, rompiendo la figura de cada uno desde el interior. La pregunta que seguro que ahora os haceis es ¿Puede pasar esto en la sociedad humana?. Permitidme que os conteste con otra pregunta ¿Acaso esto no esta sucediendo ya en algunas partes del mundo? Os invito a buscar el termino Hikikomori en Google.

Para Saber mas
  • La señora Frisby y las ratas de NIMH , por Robert C. O'Brien y publicado en 1971, se inspiró en la obra de Calhoun. El libro inspiraron más adelante una película de animación , El secreto de NIMH .
  • El libro de Calhoun, Medio Ambiente y Población: problemas de adaptación: Un libro Experimental La integración de declaraciones por 162 colaboradores, fue publicado en 1983.
  • Calhoun murió el 7 de septiembre de 1995 a la edad de 78. Sus papeles fueron donados a la Biblioteca Nacional de Medicina de Edith Calhoun y el American Heritage Center.
  • Un artículo de 2008 publicado por la London School of Economics examinó la "influencia cultural" de los experimentos de Colhoun. Un documental sobre el tema fue publicado en 2012.