Hong Kong es una de las ciudades con mayor densidad de población del planeta. Y el aumento de los precios de las propiedades no hace más que agravar las condiciones de vida. La agencia AP realizó un reportaje fotográfico que muestra las condiciones inhumanas de las llamadas “casas-sarcófagos”, que fueron condenadas por las Naciones Unidas como “un insulto a la condición humana”.
Hablamos de los llamados "coffin homes" (casas ataúdes) que proliferan como alternativa en Hong Kong debido a ser una de las ciudades con el suelo residencial más caro del mundo. Estos microapartamentos alcanzan apenas de 5 a 6 metros cuadrados por todo espacio para vivir. El fotógrafo Benny Lam documentó cómo es vivir en estos "coffin homes". Cómo estos pequeños espacios están destinados para cocinar dormir y guardar toda pertenencia. Él ha declaro que tras hacer las fotografías y volver a casa lloró por esa situación en la que viven miles de personas.
Una cifra desalentadora es, que estas viviendas son demandadas por los pobladores por es la alternativa que pueden pagar. Así que se están construyendo más espacios diminutos como estos y subdividiendo pisos enteros para poder pagar el alquiler.
Las otras alternativas son las "camas cápsulas" con apenas dos metros de largo por uno de alto. Estas cápsulas están inspiradas en los hoteles de Japón. La renta de estas camas va entre los 340 y los 460 euros, cuentan (algunas) con aire acondicionado, luz e internet; además de un espacio común en donde está la cocina y baño. Por otro lado, también se analiza otra opción en donde contenedores de mercancías se convertirían en viviendas temporales. Podemos percibir que las opciones para los habitantes de Hong Kong no parecen ir, tristemente, en la línea de la dignidad humana.
“Mis hijos siempre me preguntan por qué tenemos que vivir en este lugar y no podemos mudarnos a algo más grande”, contó Li Suert-Wen, una madre soltera que habita un cubículo de 11 metros cuadrados junto con su hija de 8 años y su hijo de 6. “Les explico que mamá no tiene suficiente dinero para mudarnos”. Li gana 1.288€ al mes decorando tartas en una panadería. Pero gasta 580€ en el alquiler y en los gastos de ese minúsculo apartamento.
Wong Tat-Ming, de 63 años, vive en un espacio aún más pequeño, de dos metros por uno en el que logró ubicar un saco de dormir, una TV color y un ventilador. Por ese espacio paga 317€ de alquiler al mes. Su “cama” está al lado de un innodoro herrumbrado que comparten dos docenas de residentes de su pasillo.
En los últimos cinco años, el valor de las propiedades aumentó un 50 por ciento. Unos 200 mil habitantes de los 7,3 millones de residentes viven en unidades subdivididas, incluidos 35.500 niños de menos de 15 años, según los datos oficiales, que no incluyen a quienes habitan en construcciones precarias en las terrazas y las “casas-sarcófagos”.
Las conocidas "casas ataúdes" de Hong Kong son la única alternativa de vivienda que muchas personas tienen por ser una de las ciudades con el suelo residencial más caro del mundo.
Hablamos de los llamados "coffin homes" (casas ataúdes) que proliferan como alternativa en Hong Kong debido a ser una de las ciudades con el suelo residencial más caro del mundo. Estos microapartamentos alcanzan apenas de 5 a 6 metros cuadrados por todo espacio para vivir. El fotógrafo Benny Lam documentó cómo es vivir en estos "coffin homes". Cómo estos pequeños espacios están destinados para cocinar dormir y guardar toda pertenencia. Él ha declaro que tras hacer las fotografías y volver a casa lloró por esa situación en la que viven miles de personas.
Una cifra desalentadora es, que estas viviendas son demandadas por los pobladores por es la alternativa que pueden pagar. Así que se están construyendo más espacios diminutos como estos y subdividiendo pisos enteros para poder pagar el alquiler.
Las otras alternativas son las "camas cápsulas" con apenas dos metros de largo por uno de alto. Estas cápsulas están inspiradas en los hoteles de Japón. La renta de estas camas va entre los 340 y los 460 euros, cuentan (algunas) con aire acondicionado, luz e internet; además de un espacio común en donde está la cocina y baño. Por otro lado, también se analiza otra opción en donde contenedores de mercancías se convertirían en viviendas temporales. Podemos percibir que las opciones para los habitantes de Hong Kong no parecen ir, tristemente, en la línea de la dignidad humana.
Li Suert-Wen con su hijo e hija |
Wong Tat-Ming |
En los últimos cinco años, el valor de las propiedades aumentó un 50 por ciento. Unos 200 mil habitantes de los 7,3 millones de residentes viven en unidades subdivididas, incluidos 35.500 niños de menos de 15 años, según los datos oficiales, que no incluyen a quienes habitan en construcciones precarias en las terrazas y las “casas-sarcófagos”.
Las conocidas "casas ataúdes" de Hong Kong son la única alternativa de vivienda que muchas personas tienen por ser una de las ciudades con el suelo residencial más caro del mundo.
Las inhumanas “casas-sarcófagos” de Hong Kong