martes, 13 de mayo de 2014

Segunda década del siglo XX. El matrimonio Gein, una pareja compuesta por Augusta T. Lehrke y George P.Gein, junto a sus dos hijos Henry y Eddie llegan a Plainfield, Wisconsin, provenientes de la ciudad de La Crosse. El matrimonio es un tanto atípico, George es un hombre débil y alcohólico que vive a la sombra dominante de su mujer. Augusta es la que ha decidido el traslado a esa pequeña granja aislada en los gigantescos campos de Wisconsin para alejar a sus hijos de las malas influencias de la gran ciudad.

Augusta es una fanática luterana que lleva sus creencias a puntos extremos en la educación de sus hijos. Para ella, el mundo exterior es pura perversión y el más mínimo despiste puede ser causa de los más tremendos castigos divinos. Los sermones diarios del antiguo testamento y las continuas advertencias sobre los terribles castigos que, como pesadas losas, caerán sobre sus hijos al más mínimo contacto o acercamiento con las jóvenes del lugar, hacen crecer a estos con la visión de un mundo totalmente distorsionado. Donde todas las mujeres, a excepción de su madre, son rameras de la más baja calaña. De los dos hermanos, Eddie es el más afectado por ser un niño introvertido y haber heredado la debilidad de espíritu de su padre. En la escuela, su aspecto debilucho y afeminado no acompaña a mejorar este tema y todavía los incrustan más en su peculiar mundo. Trabaja en todo tipo de tareas de la granja y  sus ratos libres, los aprovecha para devorar todo tipo de literatura y cómics de índole fantástico y de terror.

Ed Gein, el carnicero de Plainfield.
La señora Gein, sin darse cuenta, está incubando a un ser que años más tarde pasará a la historia por ser una de las personas más perversas del siglo XX. Ed Gein, el carnicero de Plainfield.

En 1940 muere su padre, George. A raíz de su muerte, su hermano Henry comienza a mostrar una clara oposición hacia las doctrinas de su madre. Para Ed, esto es puro sacrilegio pues con el paso de los años su complejo de Edipo hacia Augusta ha ido en aumento y el no acatar o contrariar sus normas es el pecado más grande que se puede llegar a cometer. En 1944, Henry muere en extrañas circunstancias en un incendio que se provoca cerca de la granja. A la policía no le parece sospechoso que Eddie les guíe directamente hasta el cuerpo  calcinado de su hermano, cuando momentos antes, al acudir a ellos, había dicho que para sofocar el incendio se había separado y no lo había vuelto a ver. Esta es la primera muestra del bajo intelecto que tiene Ed Gein y que posiblemente fue el motivo por el que sus posteriores víctimas no se contaran por decenas.

Un año después, en 1945, muere Augusta y Ed queda completamente solo y deprimido, aislado del mundo en su pequeña granja de madera. Tiene cuarenta años y pasará la siguiente década inmerso en el peculiar mundo que su mente enfermiza irá perfeccionando poco a poco. Clausura las habitaciones y estancias de su madre y las mantiene como un mausoleo en su honor y recuerdo, años después, diría a los psicólogos que durante mucho tiempo, tras la muerte de su madre, continuó escuchando su voz y sus sermones.

Objetos fabricados por Gein
En el pueblo, este tipo bajito y tímido tiene fama de  excéntrico y de poseer  una imaginación y humor un tanto negro y ácido. Pero también es trabajador y servicial, lo que hace que se le vayan dando pequeños trabajos del campo o carpintería aquí y allá. Incluso se saca unos dólares cuidando a los niños de los vecinos, que confiados, se los dejan en la granja ocasionalmente. En esta época, los gustos por la lectura de Ed han cambiado, y en lugar de leer cómics de terror, ahora prefiere tratados y enciclopedias de anatomía humana que intercala con los diarios del día, concretamente, por la sección de esquelas de los diarios. Los niños que cuida cuentan a sus padres que el señor Ed es todo un aventurero, que ha estado en muchos países exóticos y que de allí son las cabezas amputadas y calaveras que les enseña, regalos de tribus de jíbaros en sus exploraciones.

-¡Qué imaginación que tiene este hombre! Hay que ver las cosas que se le ocurren al bueno de Ed para entretener a los chicos… Estos son los comentarios en el vecindario.

Objetos fabricados por Gein
Ed ha encontrado una nueva afición, por fin de nuevo hay mujeres en su vida. Ahora, en cierto modo, consigue suplir la ausencia de su madre. En su pequeña granja de nuevo se desprende calor humano, aunque este calor solo es el que emanan las lámparas que ha confeccionado con piel humana. Sí, Ed se ha transformado en todo un manitas. En las esquelas del periódico busca su materia prima, mujeres que mueren y que el desentierra al amparo de la noche y transporta hasta su pequeño taller de bricolaje en la granja. No todas son buenas, deben de tener ciertos rasgos que las asemejen a su difunta madre. Aprovecha para profanar las tumbas el mismo día del entierro, así la tierra está fresca y cuando vuelve a rellenar los huecos nadie se da cuenta. No siempre se lleva  los cuerpos completos, a veces solo corta las partes que más le interesan… una pierna, una cabeza o quizás un par de bonitas manos.

Eddie une su imaginación con la agilidad que ha adquirido al desempeñar los diferentes trabajos a lo largo de los años, con paciencia, va re decorando su hogar hasta convertirlo en uno de los lugares más macabros y tétricos que jamás hayan existido.

¿Paseamos por esta granja de los horrores?
 
foto interior granja de los horrores
“Imaginen un lugar oscuro, apenas iluminado por la mortecina luz que las pantallas de piel humana dejan pasar. La suciedad y la basura se amontonan en todos los rincones, en el fregadero, se amontonan platos y cubiertos desde hace tiempo, con restos difíciles de catalogar. Una pequeña mesa en el centro de la cocina… sobre la mesa, unas calaveras humanas son la única decoración de la estancia. Algunas están perfectamente cortadas para usarse a modo de cuenco. Arrímense un poco más y verán unas colillas en el interior de una de ellas… pero ¿Qué es esto?… al acercarse a la mesa quizás apoyen sus manos en alguna de las sillas y noten un tacto extraño… si, el cuero de las sillas también es piel humana. Piel perfectamente curtida y tapizada. Del susto trastabillamos un poco hacia atrás y golpeamos contra los cacharros del fregado… de repente, el zumbido de las moscas se confunde con el estrepito de algunos cubiertos que caen al suelo. Al recogerlos, notamos que la forma y la textura de algunos de ellos es también un poco atípica… ¡aggghh! Rápidamente los soltamos al comprobar que el mango es un hueso recubierto de piel…
 

Recreacion
La boca se nos ha secado y viendo el roñoso grifo del fregadero, abrimos la nevera con la esperanza de encontrar algo de agua potable… pero quizás no deberíamos de haberlo hecho, pues en la nevera de Eddie siempre hay un poco de carne, aunque no precisamente fresca. Varias cabezas cortadas, un plato con un par de corazones… un muslo… cerramos horrorizados la nevera y salimos entre fuertes arcadas de la nauseabunda cocina.

Entramos en el pequeño salón, algunos libros de anatomía se encuentran abiertos sobre la pequeña mesita frente al sofá… en algunas de sus páginas se ven restos de sangre, suponemos que han sido consultados en plena faena. Junto a la mesa, tras lo que hemos visto en la cocina, enseguida distinguimos que la papelera está confeccionada también con piel humana. Pequeños objetos hechos con huesos se diseminan por los muebles del salón. Sobre un estante, unas cajas perfectamente alineadas destacan sobre el resto… arrímense con cautela y ábranlas, quizás sean fotos antiguas… ¡Dios! La colección que guardan esas cajas no son más que restos humanos curtidos y catalogados, narices, orejas, vaginas, pezones… todo está allí guardado a la espera de que Eddie les encuentre un buen uso.

Acongojados ante la imagen bizarra de la pequeña colección, pasamos por un pequeño pasillo que nos lleva hasta un cuartucho que vagamente nos recuerda a una habitación. Sobre un colchón destartalado y sucio, se amontona ropa de la que no se distingue ni el color. Al fondo, un viejo armario con las puertas abiertas y un aparador con un espejo roto es el único mobiliario de la habitación. Nos acercamos al desvencijado armario… algunas prendas cuelgan en su interior… ¿Es una chaqueta de cuero eso que hay ahí dentro? Alargue usted el brazo y sáquela para que podamos ver mejor de que se trata. Es un traje completamente tejido con cuero humano… pero no es exactamente un traje, es como una especie de funda de mujer… está completa, tiene pechos y vagina. Y en el interior del armario hay otros complementos de moda como un cinturón con pezones a modo de remaches y unos collares con unos abalorios que nos lleva un rato identificar… son labios intercalados con las pequeñas falanges de los dedos. ¡Realmente horroroso! Pensamos que estas prendas son lo más tétrico que hemos encontrado en la casa… pero a los pocos segundos cambiamos de opinión. Sobre el aparador, junto a un montón de pelucas, encontramos otra peculiar colección. Al principio nos parecen máscaras de las que se suelen utilizar en Halloween, pero pronto vemos que no tienen nada de normal. Son caras humanas, máscaras confeccionadas con sumo cuidado con la piel que posiblemente, hace un tiempo, recubría las calaveras que encontramos en la cocina.”


Ciertamente, Ed tiene un claro problema con su sexualidad. Incluso se informa de los costes y procesos para un cambio de sexo, algo que en los años cincuenta era algo extremadamente raro. Ante la imposibilidad de llevarlo a cabo, disfrazase de mujer, literalmente, suple temporalmente sus complejos. Pero hay algo que le molesta, la piel que usa para sus vestidos es de mujeres que ya llevan varios días muertas y al bueno de Ed solo le ronda por la cabeza lo bueno que sería poder confeccionarse un bonito traje con piel fresca.

En 1954, en la taberna de los Hogan de Plainfield, encuentran un charco de sangre en el lugar donde debería de estar Mary Hogan, la tabernera. La policía, en todo un alarde de perspicacia, tampoco relaciona al viejo Ed con el caso, pese a que este, en otra demostración de su bajo nivel de inteligencia, se pavonea semanas después del asesinato ante un vecino de la zona, de tener a Mary viviendo en su granja. Pero claro, de nuevo el viejo loco está inventándose historias para captar la atención… nadie le hace caso.

El revuelo que se monta en el lugar es grande, y Ed vuelve durante un tiempo a la relativa tranquilidad de sus profanaciones. Pero unos años después, el 16 de Noviembre de 1957, Ed cometería un error demasiado grave como para pasarse por alto, incluso al policía más inepto.

En la ferretería del pueblo, Ed compra anticongelante para alguno de sus tractores. No se sabe muy bien los motivos, quizás la compra fuese la escusa para ir hasta el lugar a por su nueva víctima, y quizás esta fue una presa más difícil de lo que el imaginaba, la cuestión es que finalmente Bernice Worden, dueña del establecimiento, muere de un disparo de la vieja escopeta de Ed. No hay testigos, Ed carga el cuerpo en su furgoneta y se marcha tranquilamente. En la tienda solo queda de nuevo un gran charco de sangre… y algo más, el apunte en el libro de contabilidad de la última venta: Anticongelante-Eddie Gein.

Restos de Bernice Worden
La policía detiene al bueno de Eddie esa misma noche, y como antesala de lo que descubrirían en la casa de los horrores, está el cuerpo de Bernice, colgada boca abajo de un techo, decapitada, abierta en canal y destripada.

Lo que se encuentra en el Dantesco hogar de los Gein, corre como la pólvora por todo el país. Las portadas acaparan el rostro bonachón de este psicópata bajo comentarios de sus vecinos sorprendidos con frases como “Era un buen tipo” o “Nunca lo hubiésemos imaginado”.

Los psicólogos encuentran en Ed un claro ejemplo de poli psicopatías de lo más variadas, entre ellas, voyerismo, necrofilia, travestismo y fetichismo, por citar algunas. Una personalidad psicópata que será usada a modo de ejemplo en las universidades de todo el mundo.

Cabezas encontradas en la Granja
Durante los años anteriores a estos sucesos, en la zona hubo muchas otras desapariciones como las de Georgia Weckler, que se esfumó un día de Mayo de 1947 mientras regresaba del colegio. Otra joven de quince años desapareció en 1953 mientras volvía a casa de su trabajo como niñera. También Evelyn Hartley, una joven de La Crosse desapareció en extrañas circunstancias por aquellas fechas y por último, Víctor Travis y Ray Burgues desaparecieron mientras estaban de caza. Aunque estos últimos se salen bastante del perfil de Ed, sí que se sospecha que las jóvenes fueron asesinadas por él, aunque nunca se encontraron restos ni pruebas para acusarlo.

Ed Gein a la edad de 61 años
Eddie Gein, el carnicero de Plainfield, fue culpado de dos muertes y de la profanación de nueve cadáveres aunque no fue juzgado ya que se catalogó como enfermo mental y  fue internado en un psiquiátrico donde pasaría los últimos años de su vida hasta morir víctima de un cáncer el 26 de Julio de 1984. Paradójicamente, su estancia en la institución mental fue bastante peculiar, pues no precisaba de ningún tipo de medicamento y parecía una persona, a todos los efectos normal, sin síntomas aparentes de todas las psicopatías que los expertos le habían atribuido en su examen.

Despues llego hollywood, El silencio de los corderos, La matanza de texas, Psicosis... son un pequeña muestra de las peliculas que han tomado de base este caso real tan horrible.