
Todo comenzó el 5 de mayo de 1988, en el expreso de “Rías altas”, que iba desde la estación de Santiago de Compostela hasta Madrid, en un recorrido de más de 7 horas. El exhausto maquinista José Aira Martínez alcanzaba un panorama boscoso cerca de San Lázaro, al girar hacia el Puente de Paredes divisó a un hombre que caminaba sobre las vías del tren, Aira no cabía en explicaciones...
El Caminante de Bosaica