Pese a que ha sido descrita como el infierno de las actividades ilegales, lo cierto es que Kowloon era un lugar en el que la población se organizó sin policía, sin autoridad, sin ley escrita. La mayor parte de la población no estaba envuelta en lo delictivo y pasaba los días pacíficamente entre sus muros y sobre sus azoteas. El número de habitantes se multiplicaba día a día, situándose al final de la década en los 30.000 habitantes.
Un poco de historia
El establecimiento de la ciudad amurallada de Kowloon, conocido como Kowloon, se remonta a la dinastía Song, cuando fue utilizado como puesto de vigilancia contra los piratas que en la zona amenazaban el comercio de sal. Situada en la península de Kowloon, junto a la isla de Hong Kong, fue reconstruido a mediados del siglo XIX como fortaleza.
Tras la cesión de la isla de Hong Kong al Imperio británico en 1842, de acuerdo al tratado de Nanjing, la autoridad Qing de China creyó necesario establecer en la ciudad amurallada un punto de control para supervisar la actividad de la zona y el cumplimiento del acuerdo, ante la cada vez mayor influencia británica en el área.
La ciudad amurallada de Kowloon representaba un curioso e inofensivo atractivo turístico para los colonos británicos, una muestra viva de la “antigua China”. Y así fue hasta 1940, con la II Guerra Mundial y la invasión japonesa de Hong Kong. Las tropas de Japón destruyeron gran parte de Kowloon, desmantelando prácticamente la totalidad de la antigua muralla del fuerte para construir con sus piedras el cercano aeropuerto de Kai Tak.
El imperio de la mafia
Tras la rendición de Japón, el recinto ya sin murallas se convirtió en un reducto donde se agruparon los habitantes ilegales, los que ya había y, sobre todo, los recién llegados. Pese a los distintos intentos por parte de los británicos para desalojar Kowloon hasta 1948, se convirtió en un irreductible punto ya no porque desde allí se ejerciera resistencia violenta, sino por la intensa actividad comercial, sobre todo la ilegal de tráfico de opio y alcohol y la prostitución -en gran parte sostenida por la demanda del colono-, vencieron ante la pasividad de una policía de Hong Kong sin capacidad legal de actuar dentro del recinto. La fundación de la República Popular China en 1949 significó para la ciudad amurallada de Kowloon poco más que la llegada de cientos de refugiados al interior de su perímetro.
Para aquel entonces Gran Bretaña ya había tenido suficiente con Kowloon y simplemente se limitó a proseguir con su política de brazos caídos. Un asesinato ocurrido en 1959 desató una pequeña crisis diplomática entre las dos países, que mutuamente trataban de responsabilizarse de la falta de control. Entre tanto, la única ley que imperaba en el interior era la del Sindicato del Crimen de Hong Kong y las diferentes y violentas mafias que controlaban cada una de las actividades ilegales.
La mafia controlaba la actividad delictiva en Kowloon durante décadas sin oposición hasta que la policía de Hong Kong hizo una limpieza de delincuentes a base de violentas redadas en las que más de 3.000 policías realizaron incursiones al interior de Kowloon a comienzos de los años 70.
El boom
La ciudad crecía día a día sin control. Nuevos edificios se erigían encima de las azoteas de los antiguos. Sin arquitectos, sin ingenieros, simplemente apoyándose en el edificio colindante. Las calles se estrechaban a medida que la ciudad crecía. Era imposible encontrar entre el laberinto de corredores oscuros una calle que midiera poco más de un metro de ancho. Su apelativo, Ciudad de la Oscuridad, proviene del hecho de que la luz natural constituía un auténtico privilegio del que gozaban tan sólo los habitantes de las fachadas y de la azotea. La iluminación era a base de flourescentes.
Las únicas dos normas de construcción eran:
Uno, que la instalación eléctrica estuviera descubierta para poder abordarla en caso de incendio y, dos, no sobrepasar las catorce alturas, dado que los aviones que despegaban del aeropuerto pasaban sobre las azoteas en vuelo rasante. Ocho puntos de agua proveían de agua la totalidad de la población, cortesía de las autoridades de Hong Kong.
A comienzo de los 80, la población se estimaba en más de 35.000 habitantes. La ciudad sin ley era conocida por sus excesos, sus fumaderos de opio, sus traficantes de cocaína, sus casinos, los puestos de comida en los que se servía carne de perro y las fabricas secretas de falsificaciones diversas. Curiosamente, Kowloon era famosa también por la cantidad de dentistas que allí desarrollan su actividad, de forma inimaginablemente antihigiénica, debido ello a que allí podían ejercer sin titulación alguna y sus precios eran asequibles para la fuerte demanda de Hong Kong.
Evacuación y Demolición
Con el paso del tiempo tanto las autoridades británicas como las chinas llegaron al consenso de calificar como realmente intolerable la situación en el recinto debido a los alarmantes índices de delito y a que las condiciones de vida, en concreto las sanitarias distaban años luz de la vida de Hong Kong que lo rodea. En 1984 ambas partes deciden por fin acabar con el problema y en 1987 se firma el acuerdo de demolición.
En 1991 comienza el desalojo de la antigua ciudad amurallada, que no concluiría hasta 1993 no sin la oposición de habitantes y comerciantes que consideraban insignificantes las indemnizaciones y ayudas que recibieron.
Kowloon había alcanzado una población superior a los 50.000 habitantes, malviviendo en sus escasos 0,026km², ostentando el triste récord de tener la mayor densidad de población del planeta con 1.900.000 habitantes por km².
En 1993 antes de su completa demolición y desescombro fue el lugar elegido para rodar películas de artes marciales protagonizadas por Jackie Chan como Crime Story que incluía escenas de las explosiones reales o Jean-Claude Van Damme en Bloodsport.
Sus rincones, sus oscuros y siniestros pasadizos, ese aspecto de infierno urbano ha servido para ilustrar también conocidos videojuegos como Shenmue II.
Un grupo de japoneses estuvieron durante más de una semana recorriendo todos los rincones de la ciudad amurallada de Kowloon y confeccionaron un mapa detallado del lugar. Asimismo dos periodistas, Ian Lambot y Greg Girard tomaron en esos días multitud de instantáneas recopiladas en su libro “City of Darkness: Kowloon Walled City”.
Un poco de historia
El establecimiento de la ciudad amurallada de Kowloon, conocido como Kowloon, se remonta a la dinastía Song, cuando fue utilizado como puesto de vigilancia contra los piratas que en la zona amenazaban el comercio de sal. Situada en la península de Kowloon, junto a la isla de Hong Kong, fue reconstruido a mediados del siglo XIX como fortaleza.
Tras la cesión de la isla de Hong Kong al Imperio británico en 1842, de acuerdo al tratado de Nanjing, la autoridad Qing de China creyó necesario establecer en la ciudad amurallada un punto de control para supervisar la actividad de la zona y el cumplimiento del acuerdo, ante la cada vez mayor influencia británica en el área.
Kowloon 1973 |
El imperio de la mafia
Kowloon finales de 1980 |
Para aquel entonces Gran Bretaña ya había tenido suficiente con Kowloon y simplemente se limitó a proseguir con su política de brazos caídos. Un asesinato ocurrido en 1959 desató una pequeña crisis diplomática entre las dos países, que mutuamente trataban de responsabilizarse de la falta de control. Entre tanto, la única ley que imperaba en el interior era la del Sindicato del Crimen de Hong Kong y las diferentes y violentas mafias que controlaban cada una de las actividades ilegales.
La mafia controlaba la actividad delictiva en Kowloon durante décadas sin oposición hasta que la policía de Hong Kong hizo una limpieza de delincuentes a base de violentas redadas en las que más de 3.000 policías realizaron incursiones al interior de Kowloon a comienzos de los años 70.
El boom
La ciudad crecía día a día sin control. Nuevos edificios se erigían encima de las azoteas de los antiguos. Sin arquitectos, sin ingenieros, simplemente apoyándose en el edificio colindante. Las calles se estrechaban a medida que la ciudad crecía. Era imposible encontrar entre el laberinto de corredores oscuros una calle que midiera poco más de un metro de ancho. Su apelativo, Ciudad de la Oscuridad, proviene del hecho de que la luz natural constituía un auténtico privilegio del que gozaban tan sólo los habitantes de las fachadas y de la azotea. La iluminación era a base de flourescentes.
Las únicas dos normas de construcción eran:
Uno, que la instalación eléctrica estuviera descubierta para poder abordarla en caso de incendio y, dos, no sobrepasar las catorce alturas, dado que los aviones que despegaban del aeropuerto pasaban sobre las azoteas en vuelo rasante. Ocho puntos de agua proveían de agua la totalidad de la población, cortesía de las autoridades de Hong Kong.
A comienzo de los 80, la población se estimaba en más de 35.000 habitantes. La ciudad sin ley era conocida por sus excesos, sus fumaderos de opio, sus traficantes de cocaína, sus casinos, los puestos de comida en los que se servía carne de perro y las fabricas secretas de falsificaciones diversas. Curiosamente, Kowloon era famosa también por la cantidad de dentistas que allí desarrollan su actividad, de forma inimaginablemente antihigiénica, debido ello a que allí podían ejercer sin titulación alguna y sus precios eran asequibles para la fuerte demanda de Hong Kong.
Evacuación y Demolición
Con el paso del tiempo tanto las autoridades británicas como las chinas llegaron al consenso de calificar como realmente intolerable la situación en el recinto debido a los alarmantes índices de delito y a que las condiciones de vida, en concreto las sanitarias distaban años luz de la vida de Hong Kong que lo rodea. En 1984 ambas partes deciden por fin acabar con el problema y en 1987 se firma el acuerdo de demolición.
En 1991 comienza el desalojo de la antigua ciudad amurallada, que no concluiría hasta 1993 no sin la oposición de habitantes y comerciantes que consideraban insignificantes las indemnizaciones y ayudas que recibieron.
Kowloon había alcanzado una población superior a los 50.000 habitantes, malviviendo en sus escasos 0,026km², ostentando el triste récord de tener la mayor densidad de población del planeta con 1.900.000 habitantes por km².
Jackie Chan -Crime Story |
Sus rincones, sus oscuros y siniestros pasadizos, ese aspecto de infierno urbano ha servido para ilustrar también conocidos videojuegos como Shenmue II.
Shenmue II. - Kowloon |
Mapa Realizado por el grupo de Japoneses |
La ciudad amurallada de Kowloon