martes, 3 de diciembre de 2013

Continuamos pateandonos la capital francesa. El Museo de la Magia, El péndulo de foucoult, El museo de los Vampiros en París, Le Musee de Moulages, la calle rue du Chat qui Pêche...
París es considerada una de las ciudades más hermosas del mundo. Se dice que se necesita una vida entera para alcanzar a recorrer todo París. Y yo me creo esta afirmacion.

 
12. Calles "Peligrosas"

París es una ciudad más segura que muchas otras metropólis. Otro cantar era en los siglos pasados y si bien ya no existe la famosa Corte de los Milagros del París medieval, algunos nombres de calles perpetuan la referencia a esta famosa "asociacion" de ladrones y estafadores:

Asi la calle "Vide-Gousset", cuyo nombre significa literalmente "Vacia el bolsillo pequeño del chaleco", evoca un antiguo lugar de reunión de los ladrones.

La "Pequeña Truhanería" ya no asusta a nadie...
 
En cambio la "Gran Truhanería" invita al respeto.Aquí es donde se juntaban mendigos, ladrones y prostitutas en el siglo XVII. Hoy forma parte de la zona comercial del forum des Halles, otro tipo de robo...


Más lejos, al lado del ayuntamiento, la calle de los "Chicos Malos" es otro ejemplo de nombre inquietante.Y preciso que el hecho que esta calle se ubique en la zona gay es pura casualidad.



13. La casa más pequeña de París

La casa la más pequeña de París se halla en el distrito 10, en el número 39 de la calle del Chateau d'eau.

Mide a penas 1,2 metros de ancho y tiene 5 metros de alto.

Forma parte de estas construcciones pequeñas que se insertaron en el espacio dejado libre en el antiguo parcelario para evitar la propagación del fuego.La mayoría fue concibida como extensión de uno de los edificios contiguos pero todavía existen casas chiquitas como esa.

Por cierto la casa de la calle del Chateau d'Eau albergaba un comercio.Ahora parece desocupada pero imagina si fuera una vivienda: ¡Ni siquiera cabería una cama de matrimonio!
 
14. La Torre de Juan Sin Miedo

La Torre de Juan Sin Miedo se halla en el número 20 de la calle Etienne Marcel.

Fue construida entre 1409 y 1411 para proporcionar un refugio seguro a Juan Sin Miedo, duque de Borgoña, en un contexto político complicado por la oposición de varios clanes y los asesinatos resultantes.

En aquel entonces la torre era el edificio más alto de París, pero ahora apenas se nota en medio de los edificios construidos al final del siglo XIX en esta zona muy céntrica.

Al pie de la torre, en frente de un micro patio, un dibujo grabado en la piedra señala que la torre formaba parte del palacete de Artois y se apoyaba inicialmente contra la muralla de Philippe Auguste.

Ambas construcciones desaparecieron pero la torre se salvó.


Redescubierta al final del siglo XIX cuando crearon la calle Etienne Marcel, la torre fue declarada monumento histórico en 1884 y trás un largo proceso de restauración fue abierta a las visitas en 1999.

La torre destaca por varios elementos interiores.El primer de todos es su escalera vis cuyo tamaño, en aquel entonces, necesitaba una auténtica proeza de los constructores.El segundo elemento se ubica al fondo de la sala del escudero y se trata de letrinas con foso, lo cual representaba un lujo inaudito.
 
15. La Pagoda de Monceau

En la esquina de la muy hausmaniana calle de Courcelles con la calle Rembrandt, un asombroso edificio rojo añade un toque de fantasía e invita a extraviarse.

Este edificio que evoca una pagoda china fue construido al principio del siglo XX.En aquel entonces, el joven Ching Tsai Loo había creado un negocio de antiguëdades orientales y necesitaba espacio para presentar sus colecciones.

En 1922 fue cuando compró un primer edificio en la calle de Courcelles pero este espacio resultó demasiado pequeño y así es como contrató al arquitecto François Bloch para levantar esta curiosa construcción.

El primer dueño falleció pero el negocio de antiguëdades permanece y el espacio sigue presentando colecciones de objetos de arte orientales.
 
16. El Museo de la Magia

El Museo de la Magia se halla en la tranquila calle Saint-Paul, en un edificio que forma parte de la manzana conocida como el Village Saint-Paul.

La superficie de la tienda se divide en dos partes.

A mano izquierda, varios objetos asombrosos pican la curiosidad y a mano derecha una escalera permite acceder al museo. Sólo falta atreverse, comprar una entrada y empezar la visita.

El museo ocupa una serie de bodegas abovedadas, de piedras aparentes, cuidadosamente acondicionadas y que desprenden un ambiente ideal para quien quiere sumergirse en el universo de la magia.
 
17. El obelisco

Una de las plazas más famosas de París es la de La Concorde o Concordia. Construida entre 1754 y 1763, fue el lugar donde se cortaron 1119 cabezas humanas durante la Revolución Francesa. Allí también se yergue, desde 1836, el majestuoso obelisco egipcio traído de Luxor, que fue regalado a los franceses por el gobernante egipcio Mehmet-Ali. El monumento, de granito rosa y erigido sobre una base de 1,70 metros, pesa 250 toneladas y mide 23,39 metros de altura. Sus cuatro costados están recubiertos de jeroglíficos que narran las hazañas de Ramsés II y de Ramsés III.
 
18. El péndulo de foucoult

En el corazón de la ciudad y muy cerca de la catedral de Notre-Dame se levanta el gran Notre-DamePanteón de París, en la plaza del mismo nombre. Soberbio e imponente, fue concebido como iglesia católica para después convertirse en un templo laico destinado a albergar a los grandes hombres que lucharon por la libertad. Allí están los restos de personajes como Voltaire, Rousseau, Victor Hugo, Émile Zola o Pierre y Marie Curie, siendo esta última la única mujer cuyo cuerpo reposa allí. Muchos desconocen que el Panteón fue el escenario donde el físico León Foucault demostró la rotación de la Tierra. Más tarde, el semiólogo Umberto Eco tomó de este acontecimiento el título de su famosa novela conspiranoica y ocultista “El Péndulo de Foucault”.
 
19. El Arco de Triunfo

Otro de los más célebres monumentos parisinos es el Arco de Triunfo, situado en la plaza Charles de Gaulle-Étoile. Fue proyectado por Napoleón I para glorificar al ejército de su país y se inauguró el 29 de julio de 1836. Mide casi 50 metros de altura y 44 metros de longitud. Es el más grande del mundo, seguido del arco de Constantino, en Roma (24 metros de altura). Desde 1923 oscila en su cima una llama eterna como homenaje a los soldados franceses caídos en combate. Algunas interpretaciones esotéricas quieren ver en esta llama una representación del dios solar Mithra. Del Arco irradian doce avenidas planificadas por Napoleón III: son los 12 signos del Zodiaco.
 
20. la Torre Eiffel

El monumento parisino más ciclópeo es, sin duda, la Torre Eiffel. Sus casi 300 metros de altura y 125 metros en cada lado de la base cuadrada concentran un peso de 7000 toneladas. Más cifras: tiene 15.000 piezas metálicas y su volumen equivale a 7 millones de metros cúbicos. Pocos saben que la torre sirvió como centro de captación de mensajes radiofónicos cifrados durante la I Guerra Mundial. Allí se interceptaron los mensajes de la famosa espía Mata-Hari, que fue hecha prisionera y fusilada el 15 de octubre de 1917.

 
21. la iglesia de Saint-Germain l´Auxerrois

Cerca de uno de los costados del Museo de Louvre se encuentra la iglesia de Saint-Germain l´Auxerrois, erigida en el siglo VII en homenaje a este santo que se destacó por su lucha contra las herejías en Inglaterra. Sobre ella se construyó un nuevo templo en el siglo XIII para dar cobijo a las reliquias del santo, además de al cuerpo de san Landry, obispo de París, y a algunas vértebras y dientes de san Vulfran.

Pero lo más interesante de esta iglesia es su fantástico bestiario de piedra. Grifos, monos, perros, gárgolas y otras bestias se asoman por cualquier rincón. La figura más bella y enigmática es la de “María la Egipcia”, una especie de Eva con largos cabellos hasta las rodillas que tapan su desnudez.

En el 542 el rey Childeberto I regresó de España trayendo como trofeo de Cálizguerra un rico tesoro: la túnica de san Vicente, una cruz de oro de Toledo con incrustaciones de piedras preciosas, 30 cálices de oro y 20 cajas cargadas de ricos objetos. Bajo la iniciativa de Germain, el obispo de París, hizo construir un monasterio para custodiar estas riquezas. Antes de morir, en el 576, el santo obispo añadió a sus reliquias otras de origen más dudoso, como un fragmento de la corona de espinas de Cristo, un brazo de san Jorge y una pierna de uno de los Santos Inocentes.

Más tarde, en el siglo IX, surgió allí la iglesia de Saint Germain-des-Prés. Hoy podemos apreciar (a pesar del descuido y abandono) sus bellísimos capiteles, decorados con Sansón luchando contra un león y un variado bestiario compuesto por sirenas, serpientes entrelazadas, hipopótamos, etc.

Se dice que en el s. XV había en este templo una representación de Isis que era venerada como si se tratara de una más de las numerosas vírgenes negras que jalonaban el territorio francés, lo que no haría más que reafirmar las relaciones que se habían establecido en la antigüedad entre esta deidad egipcia y la Ciudad de la Luz.

En el siglo XVII sucedieron muchos milagros en esta iglesia. Uno de los monjes, Atanasio de Mongin, desarrolló dones proféticos y levitaba al entrar en éxtasis. Otro monje, Plácido Porcheron, que murió en 1694, estaba oficiando una misa cuando la hostia, en el momento de la consagración, se elevó en el aire y permaneció ardiendo y despidiendo llamas durante más de una hora.
 
22. La calle Vieille du Temple

Otra de las pequeñas sorpresas que nos depara cualquier rincón de esta ciudad fabulosa: paseando por la calle Vieille du Temple nos encontramos con una fantástica cabeza magníficamente tallada en madera e incrustada en un inmenso portal. Su rostro añejo exhibe a su alrededor varias serpientes entrelazadas y contempla impertérrita al viandante, mientras saca su lengua en señal de burla o, tal vez, de misteriosa salutación.

 

23. la calle rue du Chat qui Pêche (“la calle del Gato que Pesca”)

Es la más estrecha de París, con 1,8 metros de anchura. Su nombre procede de la historia de un chamán del siglo XV, llamado Dom Perlet, que hacía magia en compañía de un gato negro que extraía a golpe de pata peces de las aguas del Sena. Persuadidos de que se trataba de un hecho diabólico, tres estudiantes mataron al gato y lo arrojaron al río. Cuenta la leyenda que siendo el hechicero y el gato un mismo ser –en definitiva, el diablo–, muerto el minino, desapareció el alquimista, para más tarde reaparecer pescando en el río. La historia se cuenta en una placa de esta calle, que va desde el 9 del quai Saint-Michel a la altura del 12 de la rue de la Huchette, con una longitud de 29 metros.
 
24. El puente de los enamorados.

París tiene varios puentes que conectan la parte norte con la parte sur de la ciudad a través de la Île de la Cité. Uno de estos puentes se llama el "Pont de les Arts" y desde hace muchos años es tradición que los enamorados que van a París, compren un candado en los puestecitos de alrededor del Sena, pongan sus nombres, la fecha en la que estuvieron y luego lo dejen cerrado en las barandillas del puente. Seguidamente tiran las llaves al río Sena como una manera de sellar su amor. Aunque se comentó, que se estaban intentado quitar lo candados para mejorar la imagen de la zona, la verdad es que el puente está tan lleno de cerrojos que no queda espacio y por eso muchos aprovechan para dejar el candado en otros puentes de alrededor.
 
25. El muro de los "te quiero"

Montmartre es el barrio más bohemio, singular y encantador de París. Es como estar en otro lugar, otro ambiente, lejos del ruido de la ciudad. En esta zona, podemos encontrar muchos rincones encantadores pero uno de los lugares de reunión más famosos del barrio es la Plaza des Abbesses. Si mira un poco más arriba hacia el pequeño parque del Square Jehan Rictus encontrará un curioso muro pegado a la pared donde está escrito "te quiero" en más de cuatrocientos idiomas. La idea inicial es de Frédéric Baron, las escrituras fueron diseñadas por Claire Kito y Daniel Boulogne es quien transformó este sueño en realidad.
 
26. El museo de los Vampiros en París.

Un museo no muy conocido pero que sin duda hará las delicias de quien lo visite. Esta singular historia comenzó hace muchos años. Jacques Sirgent, un estudioso y especialista en lo macabro es algo excéntrico pero muy bien informado,  abrió “El Museo de los vampiros y criaturas legendarias” como manifestación visual de su investigación específica sobre el vampirismo, el esoterismo occidental y el folclore relacionado con estos fenómenos.

Toda una vida recopilando objetos, traduciendo textos raros, y recogiendo información sobre demonología sincrética y los dogmas que los generaron hizo de un fascinante narrador pacientemente extrapola a sus visitantes las historias de las misteriosas reliquias que su curioso gabinete contiene.

Cómodamente sentado en un sofá de terciopelo carmesí, te sorprenderás al conocer la historia secreta de París y los cementerios donde antes se practicaban rituales vampíricos,  la jerarquía cristiana medieval y su cruzada contra el pecado y la “brujería caníbal” o las supersticiones eternas de los No Muertos.

El museo es también una delicia pura para los ojos: contiene un  kit para matar vampiros, películas de culto de los estudios  Hammer,  juguetes relacionados con Drácula y libros antiguos que podrían convertirse en polvo si los tocas, todo en un alegre desorden alegre.

La pared del salón de la casa que contiene el Museo de los Vampiros contiene una impresionante cantidad obras de pintura contemporánea de artistas locales y carteles raros de películas de culto de vampiros clásicos.  Había varias representaciones de Elizabeth Bathory , la famosa “Condesa Sangrienta” de Hungría, autora de al menos 600 asesinatos de jóvenes doncellas, cuya historia es de especial interés para Sirgent. Una fotografía firmada de Bram Stoker se presenta en una mesa, justo encima de un gato momificado de un ritual demoniaco del siglo XIX. Los estantes están llenos de textos raros, alineados en una pared. De sus muchas investigaciones realizadas en el legendario cementerio de París Père Lachaise , Sirgent ha recogido numerosos objetos misteriosos. Además ha recopilado historias tradicionales de vampiros y supersticiones del pueblo de París que rodean este fenómeno en la actualidad.
 
27. Le Musee de Moulages

Un museo de figuras de cera de pacientes con enfermedades dermatológicas. Aloja una extensa colección de reproducciones de partes del cuerpo que muestran enfermedades de la piel a todo color.

Existe una extraña belleza en los detalles de la textura y el color de las partes del cuerpo replicados. Los primeros planos de manos realistas, los pies, la lengua, las mejillas, los fetos, las extremidades del bebé, la nariz, el cuello y los párpados, todos devastados por enrojecimientos, protuberancias, erupciones, etc. Era como si  Madame Tussaud hubiera ido al infierno.

El fundador del museo, Charles Lailler, descubrió al  artista Jules Baretta, de 30 años, que originalmente hacía las figuras en cartón. De 1878 a 1899 Jules Baretta produjo  más de 1800 piezas. Baretta murió en 1924 y Louis Nicket se hizo cargo y produjo otras 480 figuras.

Hoy en día, contiene la colección de figuras con enfermedades dermatológicas en cera más importante del mundo, y para cualquier persona interesada en la interacción del arte y la ciencia o simplemente que quieran ver una increíble variedad de horribles enfermedades que pueden llegar a tener en la piel, este es sin lugar a dudas, el mejor lugar para ese propósito.
 
28. El cementerio para perros más antiguo de Europa.

La brevedad de la vida de un animal de compañía en comparación con la de su dueño no disminuye el impacto emocional que estos animales tienen en nuestras vidas y es lógico que una vez que han pasado por nuestra vida, busquemos alguna manera de rendirles homenaje. El Cimetière des Chiens et Autres Animaux Domestiques, traducido como el Cementerio de Perros y Otros Animales Domésticos , en Asnières-sur-Seine, Francia, a las afueras de París, presume de ser el primer cementerio de mascotas de Europa, y aunque hay algunos más antiguos que este,  es el primero del mundo en ser básicamente una versión más pequeña de nuestros propios cementerios.

Es fácilmente accesible desde el centro de París mediante el metro. Después de cruzar el Sena,  una decorada puerta de entrada Art Nouveau  nos anuncia la llegada a un majestuoso cementerio para perros y otros animales domésticos, incluyendo miles de gatos, caballos, aves, conejos , tortugas, ratones, hamsters, peces, una gacela, un mono, un león, una oveja y otros animales.

Tras abonar una pequeña cuota de entrada, nos facilitan una lista junto con un mapa en el que indican la ubicación de las tumbas de perros famosos como la estrella de la televisión Rin Tin Tin y Moustache .
 
29. El Cementerio del Père-Lachaise

El cementerio del Père-Lachaise es el cementerio más grande de París intramuros y uno de los más conocidos en el mundo. Está situado en el XX Distrito y tiene la peculiaridad de que muchos parisinos lo utilizan como si fuera un parque.

A principios del siglo XIX, se construyeron varios cementerios con el fin de reemplazar los antiguos cementerios de París. En las afueras de la capital se situaron: al norte, el cementerio de Montmartre; al este, el cementerio del Père-Lachaise; al sur, el cementerio de Montparnasse y, al oeste, el cementerio de Passy.

La concepción del cementerio del Père-Lachaise le fue confiada al arquitecto neoclásico Alexandre Théodore Brongniart (1803), en tanto que inspector general de la jefatura de la segunda sección de los trabajos públicos del departamento del Sena y de la villa de París. Brongniart hizo el proyecto de los principales ejes del cementerio y monumentos funerarios —algunos no se llegaron a realizar—, a excepción de la sepultura de la familia Greffuhle, que es de estilo neo-gótico. La capilla y la entrada principal fueron construidas por el arquitecto neo-clásico Étienne-Hippolyte Godde.

Tras su apertura, el cementerio del Père-Lachaise ha sido ampliado en cinco ocasiones: en 1824, 1829, 1832, 1842 y 1850. Esto le ha permitido pasar de 17 hectáreas y 58 áreas a 43 hectáreas y 93 áreas, que contienen 70.000 tumbas, 5.300 árboles, centenares de gatos orondos y miles de pájaros que anidan en sus ramas. El cementerio recibe en torno a dos millones de visitas al año.
 
30. Las catacumbas de Paris

Las Catacumbas de París (en francés Les Catacombes) es uno de los cementerios más famosos de París, Francia. Consiste en una red de túneles y cuartos subterráneos localizados en lo que, durante la era romana, fuesen minas de piedra caliza. Las minas fueron convertidas en un cementerio común a finales del siglo XVIII.
Imagen de las catacumbas.

Su nombre oficial es "Les carrières de Paris", en francés, pero son ampliamente conocidas como "las catacumbas". Aunque su visita oficial solamente comprende las minas del decimocuarto "arrondissement", o decimocuarto municipio, también existen minas en el quinto, sexto, duodécimo, decimotercero, decimocuarto, decimoquinto y decimosexto arrondissement.

El uso de estas desgastadas minas, para el almacenaje de huesos humanos, fue establecido en 1786 por Monsieur Thiroux de Crosne, teniente general de la policía, y por Monsieur Guillaumont, inspector general de las minas; todo eso debido principalmente al exceso de restos humanos que llenaban los cementerios de la ciudad;1 al mismo tiempo, el distrito de Les Halles sufría de enfermedades debidas a la contaminación por el manejo inapropiado de estos cadáveres, especialmente en el cimetière des Saints-Innocents (Cementerio de los Santos Inocentes).

Restos provenientes del cementerio Saint Nicolas des Champs fueron los primeros en ser trasladados. Cadáveres de las muertes causadas por desórdenes en Place de Grève, el Hôtel de Brienne y Rue Meslée, fueron puestos en las catacumbas el 28 y 29 de agosto de 1788.

Aproximadamente 15 meses fueron necesarios para trasladar millones de huesos provenientes de multitud de cementerios, lo cual se llevaba a cabo durante las noches, cruzando la ciudad en carruajes, finalizando en la década de 1870, acumulando los restos de aproximadamente 6 millones de parisienses.2

Las paredes de las catacumbas están cubiertas por grafitis, que datan desde el siglo XVIII en adelante. Victor Hugo basó su célebre novela Los Miserables en el conocimiento que poseía acerca del sistema de túneles que comprenden las catacumbas. En 1871 la comuna de París asesinó a un grupo de monárquicos en una de las cámaras. Durante la Segunda Guerra Mundial miembros parisinos de la Resistencia francesa utilizaron este sistema de túneles.3 De igual manera, durante este período, soldados alemanes establecieron un búnker subterráneo en las catacumbas, debajo de Lycée Montaigne, una escuela secundaria en el sexto arrondissement.

Bufff, Paris es inmenso y no hay dia que no se descubra algo nuevo de él. Me he dejado fuera muchas cosas, que son mas conocidas por motivos turisticos o de promocion. Hoy en dia hacen hasta rutas especializadas en fantasmas, misterios y curiosidades.La Place de la Vert Gallant, St Germain de Auxerrois, La Fontaine de la Croix du Trahoir, Rue de la Ferronnerie, Plaza de los inocentes,  La tienda de ratoneras (tal como se vió en la película Ratatouille), La Torre de Santiago o Tour St Jacques, La Fontaine du Palmier, El río Sena, La Conciergerie, Île de la Cité, Palais du Justice, Hotel Dieu y Hotel de Ville. Son otros lugares que se las traen, Paris en un ciudad que nos dejara frios, ¡¡Os lo aseguro!!