Los jardines ornamentales del cementerio Highgate, situado en el norte de Londres, han sido descritos como el lugar más mágico de la capital. Fue construido en 1839 (y extendido en 1854) como solución a la superpoblación de los cementerios del centro de Londres, resultado de la pobreza y las epidemias de cólera de la época.
Los cementerios del siglo XIX eran, por lo general, inadecuados e insalubres, y se producían saqueos de tumbas y robos de cadáveres. Highgate ofreció entonces una buena alternativa a tanta decadencia: los muertos eran tratados con reverencia, y los ciudadanos más ricos del Londres de la reina Victoria estaban dispuestos a pagar grandes sumas de dinero para construir espléndidas tumbas y catacumbas ornamentadas para sus amistades y familiares.
Highgate comenzó a deteriorarse rápidamente. En sus bellos jardines pronto creció una densa maleza que comenzó a cubrir la mayor parte de las lápidas y los monumentos sepulcrales. Los importantes mausoleos, muchos de los cuales tenían tres plantas y formaban las denominadas "Avenidas de la muerte", y también las catacumbas, quedaron expuestos al vandalismo, la profanación e incluso a la acción de los elementos naturales.
Este camposanto gótico tambien presencio una febril actividad entre sus tumbas, como por ejemplo que algunos de los ataúdes que contenían a los fallecidos más recientes explotaran dentro de las extensas catacumbas de Highgate.
En la época que se abrio, las reglamentaciones locales dictaminaban que los féretros debían ser cubiertos de plomo: así, con capacidad para un máximo de 850 cuerpos, la putrefacción de los cadáveres dentro de las catacumbas producía una peligrosas acumulación de gases.
ALGUNOS DE LOS FAMOSOS ENTERRADOS EN HIGHGATE
El escritor George Eliot (fallecido en 1880)
El filósofo Herbert Spencer (fallecido en 1903)
Mickael Faraday (padre de la electricidad)
Tom Sayers
La familia de Rosetti.
La familia de Charles Dickens.
Karl Marx
Sin embargo, y a pesar de la importancia de sus importantes moradores el encanto de este cementerio no se encuentra aquí sino en la zona Oeste; la hermosa pero siniestra y enigmática, allí donde se encuentran panteones de gran belleza que han sido incluso declarados de interés histórico.
Según historias que se tejen hace mucho tiempo alrededor de él, éste funciona como un centro de poder o una puerta a otras realidades, se dice que nadie con conocimiento real de las artes arcanas pondría un pie en este sitio si le es posible evitarlo, pues existe en él una ruptura tan grande con la realidad que casi cualquier cosa se puede encontrar merodeando en sus senderos o en las catacumbas.
Estas mismas condiciones se prestan para que ocultistas aficionados hagan rituales, ouija o persigan tumbas buscando vampiros; los demonios entonces juegan a asustarlos suplantando a alguna persona o incorporándose en ellos para hacerles perder la conciencia por días o a veces hasta años.
Pero tambien se habla de dos demonios mayores, con todo y sus cortes, uno que habría fijado su residencia en las catacumbas y el otro que dicen habita en la tumba de Julius Beer quien fuera el dueño del periodico “the observer” y que siendo Judio renegó de su religión para poder ser enterrado allí, y que desde entonces le acompaño la mala suerte muriendo su hija y esposa antes que él rumorandose que las había asesinado; se ha regado la leyenda que es un vampiro pero lo que se supone es la realidad es que él solo es un alma que vaga escondiendo su cadáver y los de su familia para que no sean profanados por los caza vampiros.
A parte de ello existen otros tantos relatos y personajes que deambulan en las noches de Highgate y que han dado inspiración a historias como la de drácula de Bran Stoker que, aunque con otro nombre fue ambientada en este misterioso lugar.
El Vampiro de Highgate
El caso se inició con un grupo de jóvenes interesados en el ocultismo, que empezaron a frecuentar el cementerio de Highgate a finales de la década de 1960.3 El 21 de diciembre de 1969 uno de sus miembros, David Farrant, pasó la noche allí, según su relato escrito en 1991. En una carta publicada en el Hampstead and Highgate Express del 6 de febrero de 1970, escribió que mientras estaba en el cementerio el 24 de diciembre de 1969 había visto "una figura gris", que él consideraba sobrenatural, preguntando si alguien habían visto algo similar. El día 13, varias personas respondieron, describiendo una variedad de fantasmas, junto al cementerio o en la contigua Swains Lane. Estos fantasmas fueron descritos como un hombre alto con un sombrero, un ciclista espectral, una mujer vestida de blanco, una cara mirando a través de los barrotes de una puerta, una figura vadeando un estanque, una forma pálida deslizándose, campanas y voces que llamaban.
Un segundo hombre de la localidad, Sean Manchester, identificó la supuesta aparición en el Hampstead and Highgate Express del 27 de febrero de 1970, diciendo que él creía que "un vampiro rey de los muertos vivientes", un noble medieval que había practicado la magia negra en la Valaquia medieval (Rumania), había sido llevado a Inglaterra en un ataúd a principios del siglo XVIII por sus seguidores, que habrían comprado una casa para él en el West End, siendo enterrado en el sitio que más tarde se convirtió en el cementerio de Highgate, y afirmó que los satanistas modernos le habían despertado. Manchester afirmó más tarde, sin embargo, que la referencia a "un rey vampiro de Valaquia" era un adorno periodístico.
En una entrevista del 27 de febrero, Manchester no ofreció ninguna prueba en apoyo de su teoría. A la semana siguiente, el 6 de marzo, el mismo periódico informó que David Farrant había visto zorros muertos en el cementerio "y lo curioso era que no había signos externos sobre la forma en que murieron", lo que fue usado por Manchester en apoyo de su teoría. En escritos posteriores, los dos hombres dijeron haber visto otros zorros muertos con heridas en la garganta y vaciados de sangre. A pesar de lo precario de las pruebas, el fenómeno fue etiquetado de "vampírico".
El cementerio cerró finalmente en 1975, año en que dejó de ser económicamente viable.
Highgate tiene 37 acres de terreno, lo que vienen a ser 150.000 metros cuadrados que para que nos hagamos una idea viene a ser como un cuadrado de algo menos de 400 metros de lado, en su interior alberga a mas de 166.800 cuerpos repartidos en sus mas de 51.000 catacumbas, tumbas y nichos.
La llegada al cementerio se realiza por una carretera de un solo sentido que se recomienda hacer a pie, la razón es que no hay plazas de aparcamiento una vez llegados al cementerio, en realidad si las hay pero son tan escasas que están reservadas para los vehículos funerarios y para las personas de escasa movilidad, por esta calle circulan pocos vehículos lo que no hace sino incrementar la sensación de tranquilidad y belleza del lugar.
El cementerio de Highgate