En Enero de 2010, el diario The New York Post informaba acerca de un desconcertante suceso. En una playa de Plum Island, cerca del área metropolitana, había aparecido un cadáver con una particularidad que llamó la atención de la policía: sus dedos eran anormalmente largos para un humano. Quizá esta cracterística morfológica tuviera una explicación convencional, pero no era la primera ve que Plum Island, sede del Centro Federal de Enfermedad Animal de Estados Unidos, una institución con supuesto pasado nazi y presuntamente vinculada con bioarmas y experimentos genéticos, aparecía involucrada en el hallazgo de cuerpos sin vida de animales o personas con insólitas deformaciones.
El cadáver estaba parcialmente descompuesto y pertenecía a un varón de raza negra, muy corpulento y de aproximadamente 1,90 m. de estatura. En la misma nota se leía que el sujeto no llevaba documento alguno que lo identificara. En la descripción del cuerpo se enfatizaba que el individuo tenía los "dedos extrañamente largos" y, además, el cadáver había sido hallado cerca del Plum Island Animal Disease Center, misterioso organismo para la investigación de enfermedades infecciosas.
Este laboratorio es uno de los lugares mejor protegidos y más aislados de la superpotencia. Pero, ¿Que secretos esconde Plum Island?
Es sabido que EEUU sitúa sus instalaciones más sensibles en áreas escasamente pobladas o nada pobladas, preferiblemente desiertos o islas, como en el caso que nos ocupa. Sobre todo aquellas plantas de investigación que, al igual que Plum Island, tienen su razón de ser en la epidemiología. A lo largo de las páginas de su libro Lab257, Michael Cristopher Carroll nos cuenta por qué un centro de enfermedades de origen animal se convirtió en una planta militar para el desarrollo de armas biológicas.
Y como un laboratorio científico de renombre acabó siendo -tras los acontecimientos del 11-S- un lugar decadente y altamente peligroso supervisado a la fuerza por el Departamento de Seguridad Nacional. Carroll sugiere que enfermedades infecciosas como el virus del Nilo penetraron en territorio norteamericano precisamente a causa de graves fallos en las instalaciones de Plum Island, que por si fuera poco resultaban increíblemente permeables a posibles acciones terroristas.
Carroll, buceando en sus orígenes, descubrió que el proyecto pionero estuvo dirigido por las mejores mentes a nivel mundial y, entre ellas, por un presunto nazi llegado a Estados Unidos a través de la Operación Paperclip, programa clandestino mediante el cual los norteamericanos reclutaron para su causa a un nutrido grupo de científicos provenientes de la Alemania de Hitler.
Al parecer, esta instalación habría jugado un papel muy relevante a propósito de los programas de armas biológicas que se desarrollaron durante la Guerra Fría. Según Mark Sanborne, la creación de los laboratorios de Plum Island estuvo auspiciada por personajes de más que dudoso currículo. Entre otros, Sanborne menciona a un tal doctor Erich Traub, a quien define literalmente como "científico nazi con un historial fascinante".
En sus pesquisas, Sanborne dice haber descubierto que Traub trabajó como científico asociado en el instituto Rockefeller de Princeton, en Nueva Jersey, "estudiando bacteriología y virología.
En Lab257 podemos leer que, al estallar la II Guerra Mundial, Traub trabajó en Alemania como jefe de Insel Reims, una instalación secreta de armas bacteriológicas de los nazis, situada en la isla del mismo nombre en el Mar Báltico. Mark Sanborne afirma que "Traub fue para los gérmenes lo que Von Braun para los cohetes" y que el primero fue captado rápidamente por el Instituto de Investigación Médica Naval, desde donde también "asesoró operativamente" a la Cia.
Pero hay mas
Proyectos de control mental de masas y supuestos ensayos para teleportar a personas e incluso grandes buques de guerra. Todo habría sucedido a comienzos de la década de 1970, muy cerca de Plum Island, concretamente en la base aérea de Montauk.
El proyecto Montauk
Las investigaciones comenzaron primero en Brookhaven National Laboratory, pero luego se mudaron a Hero Camp, en la base aérea de Montauk, donde contaban además con un radar Sage necesario para los experimentos, que era capaz de trabajar en la frecuencia 400-425 MHZ, que es la señal que se dice permite influir en la mente humana. La teletransportación, universos paralelos y los viajes en el tiempo (túneles de tiempo), fueron y son algunos de los experimentos del proyecto, aportando datos sobre el hiperespacio y el lenguaje que maneja (que son los símbolos, el color y el sonido según Stewart Swerdlow). Se dice que se creó un portal temporal más o menos estable que permitió ir a cualquier parte del universo y del tiempo, y así también se hizo contacto con varias razas interdimensionales para el intercambio de informaciones diversas.
Hay un material muy interesante dando vueltas en internet llamado “The Heather Material“, que recomiendo leer pero con descreimiento les diría, porque hace referencias sobre experimentos con un portal dimensional, y la veracidad de esa información es muy discutible, ya que llegó a manos de la periodista Kerry Cassidy de Project Camelot para que lo saque a la luz, pero ni ella sabe si es cierto lo que se dice en el informe y tampoco sabe quién es Heather.
Otro subproyecto importante es la famosa silla de Montauk, que es una creación de ITT Corporation de 1950, que implica tecnología capaz de leer la mente. Es básicamente una silla sobre la que una persona se sienta, unas bobinas que trabajan como sensores son colocadas alrededor del asiento, tres receptores (Hammerland, Super Pro y P600), seis canales de salida y una computadora Cray 1 que muestra en formato digital los pensamientos. Las primeras pruebas constaban en que una persona visualizara algo y dicho objeto aparecía en pantalla. Luego se conectó una computadora IBM 360 para darle más eficiencia al aparato. La idea era poner un psíquico sentado en el dispositivo, para que sus pensamientos se amplificaran.
Se hicieron tres generaciones de sillas, hasta que en la 3º el psíquico Duncan Cameron logró lo más sorprendente: le dijeron que se concentrara en un objeto sólido, y logró que ese objeto se manifestara de la nada… Se había descubierto la creación a partir del pensamiento. A veces ese objeto no era sólido pero sí visible como un fantasma, lo que significaba que una realidad subjetiva se transformaba en una objetiva. Otra cosa más interesante era que si por ejemplo el señor Cameron tenía en su mano un mechón de pelo de cualquier persona, mientras estuviera sentado en la silla, él era capaz de ver a través de los ojos de esa persona.
Este último experimento abrió la puerta para un avanzado tipo de control mental remoto, que implicaba que el psíquico se infiltrara en los pensamientos de un sujeto cualquiera para empujarlo a hacer una determinada cosa. Esto era mucho más profundo que la hipnósis.
Montauk ha degenerado en varios subproyectos que continúan hasta la actualidad, de los cuales es muy difícil sino imposible conseguir evidencia, más que algunos testimonios, y pocos documentos que están disponibles en parte en algunos libros escritos por gente supuestamente vinculada al proyecto. Esto no quita que sea un tema apasionante, pero al haber fuentes que se contradicen entre ellas, se vuelve muy complicado armar el rompecabezas, y separar que es verdadero de lo que es desinformación.
El cadáver estaba parcialmente descompuesto y pertenecía a un varón de raza negra, muy corpulento y de aproximadamente 1,90 m. de estatura. En la misma nota se leía que el sujeto no llevaba documento alguno que lo identificara. En la descripción del cuerpo se enfatizaba que el individuo tenía los "dedos extrañamente largos" y, además, el cadáver había sido hallado cerca del Plum Island Animal Disease Center, misterioso organismo para la investigación de enfermedades infecciosas.
Este laboratorio es uno de los lugares mejor protegidos y más aislados de la superpotencia. Pero, ¿Que secretos esconde Plum Island?
Es sabido que EEUU sitúa sus instalaciones más sensibles en áreas escasamente pobladas o nada pobladas, preferiblemente desiertos o islas, como en el caso que nos ocupa. Sobre todo aquellas plantas de investigación que, al igual que Plum Island, tienen su razón de ser en la epidemiología. A lo largo de las páginas de su libro Lab257, Michael Cristopher Carroll nos cuenta por qué un centro de enfermedades de origen animal se convirtió en una planta militar para el desarrollo de armas biológicas.
Y como un laboratorio científico de renombre acabó siendo -tras los acontecimientos del 11-S- un lugar decadente y altamente peligroso supervisado a la fuerza por el Departamento de Seguridad Nacional. Carroll sugiere que enfermedades infecciosas como el virus del Nilo penetraron en territorio norteamericano precisamente a causa de graves fallos en las instalaciones de Plum Island, que por si fuera poco resultaban increíblemente permeables a posibles acciones terroristas.
Carroll, buceando en sus orígenes, descubrió que el proyecto pionero estuvo dirigido por las mejores mentes a nivel mundial y, entre ellas, por un presunto nazi llegado a Estados Unidos a través de la Operación Paperclip, programa clandestino mediante el cual los norteamericanos reclutaron para su causa a un nutrido grupo de científicos provenientes de la Alemania de Hitler.
Al parecer, esta instalación habría jugado un papel muy relevante a propósito de los programas de armas biológicas que se desarrollaron durante la Guerra Fría. Según Mark Sanborne, la creación de los laboratorios de Plum Island estuvo auspiciada por personajes de más que dudoso currículo. Entre otros, Sanborne menciona a un tal doctor Erich Traub, a quien define literalmente como "científico nazi con un historial fascinante".
En sus pesquisas, Sanborne dice haber descubierto que Traub trabajó como científico asociado en el instituto Rockefeller de Princeton, en Nueva Jersey, "estudiando bacteriología y virología.
En Lab257 podemos leer que, al estallar la II Guerra Mundial, Traub trabajó en Alemania como jefe de Insel Reims, una instalación secreta de armas bacteriológicas de los nazis, situada en la isla del mismo nombre en el Mar Báltico. Mark Sanborne afirma que "Traub fue para los gérmenes lo que Von Braun para los cohetes" y que el primero fue captado rápidamente por el Instituto de Investigación Médica Naval, desde donde también "asesoró operativamente" a la Cia.
Pero hay mas
Proyectos de control mental de masas y supuestos ensayos para teleportar a personas e incluso grandes buques de guerra. Todo habría sucedido a comienzos de la década de 1970, muy cerca de Plum Island, concretamente en la base aérea de Montauk.
El proyecto Montauk
Las investigaciones comenzaron primero en Brookhaven National Laboratory, pero luego se mudaron a Hero Camp, en la base aérea de Montauk, donde contaban además con un radar Sage necesario para los experimentos, que era capaz de trabajar en la frecuencia 400-425 MHZ, que es la señal que se dice permite influir en la mente humana. La teletransportación, universos paralelos y los viajes en el tiempo (túneles de tiempo), fueron y son algunos de los experimentos del proyecto, aportando datos sobre el hiperespacio y el lenguaje que maneja (que son los símbolos, el color y el sonido según Stewart Swerdlow). Se dice que se creó un portal temporal más o menos estable que permitió ir a cualquier parte del universo y del tiempo, y así también se hizo contacto con varias razas interdimensionales para el intercambio de informaciones diversas.
Computadora Cray |
Otro subproyecto importante es la famosa silla de Montauk, que es una creación de ITT Corporation de 1950, que implica tecnología capaz de leer la mente. Es básicamente una silla sobre la que una persona se sienta, unas bobinas que trabajan como sensores son colocadas alrededor del asiento, tres receptores (Hammerland, Super Pro y P600), seis canales de salida y una computadora Cray 1 que muestra en formato digital los pensamientos. Las primeras pruebas constaban en que una persona visualizara algo y dicho objeto aparecía en pantalla. Luego se conectó una computadora IBM 360 para darle más eficiencia al aparato. La idea era poner un psíquico sentado en el dispositivo, para que sus pensamientos se amplificaran.
Duncan Cameron |
Plum Island |
Montauk ha degenerado en varios subproyectos que continúan hasta la actualidad, de los cuales es muy difícil sino imposible conseguir evidencia, más que algunos testimonios, y pocos documentos que están disponibles en parte en algunos libros escritos por gente supuestamente vinculada al proyecto. Esto no quita que sea un tema apasionante, pero al haber fuentes que se contradicen entre ellas, se vuelve muy complicado armar el rompecabezas, y separar que es verdadero de lo que es desinformación.
Plum Island