El llamado Laberinto de Egipto ha sido citado por muchos escritores y cronistas de la antigüedad y se cree que es un monumento de dimensiones colosales y probablemente la clave que probaría la existencia de una civilización que precedió a otras culturas antiguas de las cuales se tienen vestigios en la zona.
De todos los autores que mencionaron este laberinto, cabe destacar a Herodoto, quien afirmó haber visto con sus propios ojos esta estructura subterránea y cuya descripción es sencillamente alucinante. Aquí os dejamos con este interesante párrafo extraído de Fragmentos de Historias, libro II, de Herodoto:
“He visto una obra increíble. Si alguien juntase las construcciones de los griegos y mostrase toda su obra junta, ésta parecería menos tanto en esfuerzo como en gastos en comparación con este laberinto. Incluso las pirámides son sobrepasadas sobremanera por esta gran obra.”
Y si bien hablo de las cámaras inferiores por lo que he escuchado a otros, yo mismo he visto las superiores y todas sobrepasan al quehacer humano.
Herodoto se refería a un laberinto de dos pisos. Uno que tiene gigantescos tejados de piedra y otro subterráneo. Incluso ha habido intentos de representar el laberinto tal como existió en tiempos de Herodoto. Entre ellos cabe destacar los diseños del arqueólogo italiano Canina y una reconstrucción visual realizada por Athanasius Kircher, un egiptólogo y académico alemán autor de interesantes obras. Estas representaciones hacen hincapié en los dos niveles del laberinto:
Necrópolis de Hawara |
Bajo la superficie de piedra artificial aparece, a pesar del efecto un poco distorsionado por la presencia de aguas subterráneas, a una profundidad de entre 8 y 12 metros, una estructura en forma de rejilla de tamaño gigantesco hecha de un material de alta resistencia como podría ser piedra granítica.
Hablamos de la presencia de una estructura arqueológica colosal bajo la zona de Petrie, la cual ha de ser considerada como el tejado del todavía existente laberinto.
Reconstruccion digital del laberinto |
Lamentablemente, el acceso a la pirámide de Hawara está hoy en día inundado por aguas subterráneas y lodo, lo que hace probable que el laberinto también lo esté. Además, se ha construido un canal en el área de tal manera que el lugar ha quedado dividido en dos secciones.
Hoy en día seguimos preguntándonos si este hallazgo es la prueba definitiva de una civilización perdida o es otra necrópolis similar a la de Zoser, aunque más grande. Sea lo que sea, debería haberse investigado.