El religioso ejercía su labor evangelizadora en Nueva España (hoy México), pero al mismo tiempo era muy común verlo fanfarronear de la multitud de facultades paranormales que poseía, las cuales había aprendido gracias a haber descendido hasta el infierno y conocer al demonio.
Durante el juicio, que se llevó a cabo el 30 de enero de 1540. –en el que ejerció de fiscal el arzobispo e inquisidor apostólico Fray Juan de Zumárraga–, Ruiz Calderón presumió de ser capaz de transportarse mágicamente a grandes distancias –incluso de un continente a otro–, hacerse invisible a voluntad, seducir a las mujeres, predecir el futuro, convertir metales en oro o invocar y exorcizar a los demonios, entre otros muchos prodigios. Además, según el profesor estadounidense, el excéntrico sacerdote decía ser capaz de hipnotizar a las personas, en lo que sería seguramente “una de las más antiguas descripciones sobre hipnotismo”.
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Fray Juan de Zumárraga |
El talento del que se sentía mas orgulloso era el de atraer a las mujeres. Su talento para hacerse invisible le permitía ingresar secretamente a sus alcobas, y había dormido con decenas de ellas. Sus capacidades dieron origen a diversas controversias durante su juicio. Algunas evidencias como las aportadas por Gil González de Benavides, apoyaban la veracidad de sus facultades mágicas.
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Documentos del juicio |
…A pesar de los números testimonios que lo acusaban de jactarse de sus superpoderes, el tribunal acabó condenándolo a ser desterrado de vuelta a España y no poder ejercer el sacerdocio a lo largo de dos años. Una pena insignificante, si tenemos en cuenta la proporción de evidencias, pruebas y cargos que se le imputaban.
Gran parte de la información al respecto se ha conocido recientemente gracias a las investigaciones realizadas por John Chuchiak IV, profesor de la Universidad Estatal de Missouri, quien ha transcrito un gran número de documentos relacionados con las actas del juicio y ha recreado todo el proceso inquisitorial.
La mayoría de las pruebas encontradas en los documentos dejan entrever que la condena aplicada a Pedro Ruiz Calderón fue más bien una llamada de atención y un castigo menor hacia un acto de fanfarronería por parte del acusado, quien podría tener en su conducta un ánimo de enriquecimiento o incluso de delirios mentales, que no cualquier tipo de poder sobrenatural que tuviese algo que ver con las fuerzas del maligno.
Cualquier estudioso sensato dirá que quizá no fue más que un intento de tapar un escándalo de proporciones inmensas. De aquella forma, se evitaba darle mayor publicidad al asunto. Otros, menos conformistas, preferimos ir más allá.
¿Y si lo que contaba Ruiz Calderón era cierto? ¿Y si sus poderes quedaron demostrados, de alguna forma, y se le hizo regresar a España para que los más importantes estudiosos de la época pudieran aprender de él? No olvidemos la época, pleno Renacimiento… Y el dato de que de Ruiz Calderón poco más se llegó a saber…